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La crisis del Brexit se acentúa tras el último revés parlamentario de Boris Johnson

A once días de la fecha prevista para el Brexit, Gran Bretaña sigue hoy sumida en la incertidumbre después de que el Parlamento decidiera ayer obligar a Boris Johnson a pedir a la UE una nueva prórroga para materializar el divorcio. Bruselas ha recibido al menos tres cartas. La firmada por el primer ministro dice que no quiere el aplazamiento que se solicita en otra de ellas, sin rúbrica.

Manifestación por un segundo referéndum sobre el Brexit, ayer en Londres. ( Niklas HALLE'N/AFP)
Manifestación por un segundo referéndum sobre el Brexit, ayer en Londres. ( Niklas HALLE'N/AFP)

La incertidumbre en torno al Brexit se acentúa a las puertas de la fecha fijada para la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (UE) tras el último revés sufrido por el primer ministro británico, Boris Johnson, en la Cámara de los Comunes, donde los parlamentarios aprobaron ayer una enmienda que evita que el acuerdo alcanzado entre Londres y Bruselas sea avalado hasta que se adopte la legislación para implementarlo, activando la ley que obligó al Gobierno a pedir la nueva prórroga.

Pero la UE tiene tres cartas, de las cuales AFP ha obtenido una copia. La primera de ellas, sin firmar, pide un aplazamiento de tres meses. La segunda, rubricada por Johnson, dice que no quiere esa prórroga. Y la tercera, del embajador británico ante la UE, Tim Barrow, precisa que el aplazamiento solo se ha pedido para ajustarse a la ley.

La ley que ha obligado a Johnson a pedir la extensión fue adoptada en setiembre para evitar un «no deal» (Brexit sin acuerdo), el 31 de octubre, algo a lo que el primer ministro se había declarado preparado si fuera necesario. Estipulaba que si para el 19 de octubre el Parlamento no había aprobado un acuerdo de salida se debía pedir un aplazamiento al 31 de enero.

Johnson esperaba esquivarla con la aprobación, fallida, del nuevo acuerdo alcanzado con Bruselas, pero la Cámara de los Comunes decidió aplazar la votación, lo que fue recibido con júbilo decenas de miles de británicos que en ese momento se manifestaban en Londres para pedir un segundo referéndum.

La decisión del Parlamento ha dejado a Gran Bretaña sumida en la incertidumbre. Johnson se opone a un nuevo aplazamiento –la fecha inicial de salida, postergada dos veces, era el 26 de marzo– y en su carta a Tusk insiste en que «una nueva prolongación sería perjudicial tanto para los intereses del Reino Unido y de nuestros socios europeos, como para nuestras relaciones», y agrega que «debemos llevar este proceso a su conclusión».

Ayer aseguró que no va a «negociar» un aplazamiento con la UE y que «la próxima semana» presentará la legislación necesaria para la ejecución del acuerdo del Brexit.

«Ahora empezaré a consultar a los líderes de la UE sobre la manera de actuar», ha tuiteado el presidente de Consejo Europeo, Donald Tusk, tras haber hablado por teléfono con Johnson, quien conversó también con el presidente francés, Emmanuel Macron, y con la canciller alemana, Angela Merkel.

Un «teatro»

Para el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, lo ocurrido ayer es una victoria: «A pesar de su postura irritable y fanfarrona», Johnson tuvo que «respetar la ley». «Su acuerdo perjudicial fue derrotado», tuiteó anoche.

El diputado John McDonnell, encargado de asuntos económicos en el Partido Laborista, ha subrayado que Johnson «buscaba socavar la primera carta», que pide un aplazamiento, enviando otra «contradictoria». «Es teatro en cierta medida [...] pero también es algo fundamental», ha señalado en una entrevista en Sky News, al estimar que el primer ministro no es digno de confianza.

La prensa conservadora ha fustigado hoy al Parlamento. «Hoy, el Reino Unido podría haber comenzado a sanar con el fin del purgatorio del Brexit. Pero los diputados nos sometieron a un aplazamiento aún más agonizante», ha escrito ‘The Mail on Sunday’.

‘The Sunday Telegraph’ pregunta: «¿Por qué no nos dejan marchar?».