Dabid Lazkanoiturburu

Putin busca también en el continente africano el retorno de Rusia como potencia mundial

La Rusia de Putin vuelve a África, donde perdió pie tras el derrumbe de la URSS en beneficio de Occidente y de China. Para ello ha reunido la primera cumbre Rusia-África, donde aspira a ampliar unas exportaciones cuya parte del león se lleva la pujante industria militar rusa.

Los presidentes egipcio, Al-Sissi, y ruso, Putin, en la cumbre de Sochi. (Sergei CHIRIKOV-AFP)
Los presidentes egipcio, Al-Sissi, y ruso, Putin, en la cumbre de Sochi. (Sergei CHIRIKOV-AFP)

El presidente ruso, Vladimir Putin, ha inaugurado en la ciudad balneario de Sochi la primera gran cumbre Rusia-África. Lo ha hecho tras reunirse durante cerca de una hora con su homólogo egipcio, Abdelfatah al-Sissi, toda una deferencia hacia el mariscal golpista egipcio y una muestra de su acercamiento político al Continente Negro.

Putin ha llamado a duplicar, «como mínimo», el volumen comercial entre Rusia y África «en los próximos cuatro-cinco años», tal y como ha ocurrido ya en el último lustro.

Al organizar esta primera cumbre trianual, Rusia reafirma sus ambiciones sobre un continente del que se retiró con el derrumbe de la URSS y donde China y los países occidentales le llevan décadas de ventaja.
Se trata, sin duda, de una réplica del Foro de Cooperación China-África y que, desde su primera edición en el año 2000, ha permitido a Pekín convertirse en el primer socio comercial del continente.

Con 43 dirigentes y más de 3.000 participantes, la ciudad, que acogió en 2014 los Juegos Olímpicos de Invierno, pone el reloj en hora africana durante dos días.

Tras el encuentro con el líder de Egipto, país con el que Rusia tiene una relación preferente y concentra el 40% del comercio de Rusia con África, Putin ha celebrado uno de sus primeros encuentros bilaterales con el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, quien saludó la «maravillosa relación bilateral que tenemos desde hace tiempo».

Sudáfrica ha sido el destino de las tres únicas visitas al África subsahariana en sus 20 largos años en el poder.

Ecos de la URSS

Los portavoces rusos no han dudado en recordar que África es un «continente importante» con el que Moscú tiene «relaciones tradicionales, históricas e íntimas», una clara referencia a la época de la URSS.
Pero lejos queda aquellos tiempos, en los que el apoyo soviético a las luchas por la descolonización atrajeron a su órbita a antiguas colonias frasncesas como Mali o Guinea y a países como Mozambique, Etiopía y Angola. Sus líderes se formaron en las universidades soviéticas.

De ellos solo queda el angoleño Joao Lourenço, presente en Sochi. Pero, ya no en clave ideológica, no faltarán nuevos aliados como República Centroafricana y asisten países como Costa de Marfil, que ultima un acuerdo militar con Rusia. Sin olvidar al presidente del mayor país africano, Nigeria, Mumamadu Buhari.

Venta de armas

La mayor parte del comercio ruso con África, tres veces menor que el de el Estado francés y 10 veces menos que el de China, consiste en la venta de armamento.

Entre 2014 y 2018, Rusia representó el 49% de las importaciones de armas en África del Norte y el 28% de las del África subsahariana.

Y no dejará de serlo, como muestran la mayoría de los stands de la cumbre, propiedad de empresas de armamento, donde, entre otros entretenimientos, empresarios africanos prueban los últimos misiles automáticos de la agencia de exportación Rossoboronexport.

Lo que no quiere decir que Rusia no aspire a diversificar sus exportaciones en dominios donde es puntera, como el nuclear, los hidrocarburos y la industria minera.

Durante la sesión plenaria, Putin ha prometido que Rusia continuará ayudando a los países africanos condonando parte de sus deudas, cuyo montante total asciende a más de 20.000 millones de dólares.
El Kremlin suele vincular esas condonaciones a que los países «perdonados» se comprometan a comprarle armamento.

Esta primera cumbre africana es tanto más importante por cuanto Moscú, tras cinco años de sanciones económicas occidentales, tiene una necesidad crucial de socios y de oportunidades para conjurar su crecimiento átono.

Y, en ese contexto de tensiones con Occidente, y tras su gran retorno a Oriente Medio por su victoria en Siria, Rusia puede mostrar que es, nuevamente, una potencia mundial. También en África.