CARLOS LÓPEZ (EFE)

Chakib Lachgar, desde los bajos de un camión a triunfar en la Behobia

La historia vital del ganador de la Behobia del centenario no tiene desperdicio. Llegó a Europa escondido en un camión, volvió a practicar atletismo en Alemania por recomendación de un amigo tras varios años sin hacerlo, y el domingo ganó una carrera que parecía tener perdida con un final espectacular.

Chakib Lachgar, arrodillado tras cruzar la línea de meta (Juan Carlos RUIZ / FOKU)
Chakib Lachgar, arrodillado tras cruzar la línea de meta (Juan Carlos RUIZ / FOKU)

El atletismo no estaba entre las prioridades de Chakib Lachgar cuando, sin cumplir aún los 18, partió de Marruecos aferrado a los bajos de un camión con la ilusión de llegar a Europa para trabajar. Ahora, once años después, aquel joven saborea las mieles del triunfo tras ganar la Behobia.

Una victoria que Chakib gestiona con modestia y los pies en el suelo, tras las «muchas lecciones» aprendidas en sus casi 30 años y un extenso periplo vital a sus espaldas que le llevó al Estado español desde su Marruecos natal, para pasar a Alemania después y a Bélgica más tarde, hasta que, como recuerda en una entrevista concedida a EFE, finalmente decidió establecerse en Euskal Herria.

La infancia del flamante ganador de la 55 Behobia-Donostia se inició en la pequeña localidad magrebí de Ouargui de la que salió, tras dejar los estudios, para «buscarse la vida» en Tánger, donde, entre otras ocupaciones. trabajaba de pastelero hasta que decidió viajar a Europa.

Según relata, inicialmente se le pasó por la cabeza hacerlo en patera, pero tuvo que desistir porque «pedían dinero» y como no es «rico», decidió probar suerte por su «cuenta» agarrado a los bajos de un camión.

«Pensaba: algún día me voy a meter en los bajos de un camión, pero llegó un momento en el que me decidí a hacerlo. Lo intenté cuatro veces y todas me devolvieron desde Algeciras, pero la quinta me salió bien y llegué a España», rememora con naturalidad.

«Me ha tocado estar siete horas en los bajos de un camión, desde Algeciras hasta Alicante», recuerda sin épica el ganador de la Behobia, empeñado en restar importancia a su peligrosa aventura.

«Era un chaval que no era la primera vez que salía de casa, me buscaba la vida y ya sabía lo que estaba haciendo. No me arrepiento de nada y si volviera el tiempo atrás lo volvería a hacer sin problemas», subraya Chakib.

«No había cumplido aún los 18. Pasado un tiempo en el camión no sientes ni hambre, es como ir en un carrera –describe– estás peleando y estás en otro mundo, no piensas».

Empeñado en restar importancia a su aventura, el joven atleta, que en la actualidad se encuentra en trámites para lograr la nacionalidad española, no oculta su rechazo a las ideas contra la inmigración de Vox.

«Me parece muy mal. No sé por qué a nosotros no nos dejan salir y sin embargo otros pueden ir sin ningún problema a otro país y cruzar con el pasaporte. No sé por qué ponen estas restricciones», describe.

Tras lograr legalizar su situación y trabajar un tiempo como pastelero en Errenteria (Gipuzkoa), el cierre de su empresa por la crisis le llevó a emigrar nuevamente a Alemania, donde un compañero le animó a entrenar y a correr, una afición que acogió con gusto porque siempre había sido deportista y que le llevó a quedar segundo en una carrera de montaña.

Completamente «enganchado» ya al atletismo, Chakib probó después suerte en Bélgica, pero finalmente regresó a Euskal Herria para renovar sus papeles, comenzó a correr en un club, donde le hicieron una licencia, y empezó a competir, tras lo que ha ido consiguiendo resultados «cada año, poco a poco».

El joven deportista, encuadrado en el Alcampo Scorpio 71 zaragozano, ha ganado pruebas como el Campeonato de España de Cross Corto, el Campeonato de España de los 3.000 metros y ahora la Behobia, logro del que se muestra «muy contento».

Paralelamente, Chakib continúa con sus estudios para progresar profesionalmente que, paradojas del destino, le han llevado a hacer un cursillo de chófer de vehículos pesados que, con un poco de suerte le permitirá cerrar el círculo que lleva desde los bajos a la cabina del camión.