Aritz INTXUSTA

La eficacia de una vajilla de toda la vida, pero de propiedad pública, contra los platos de plástico

La utilización de una vajilla de propiedad pública en eventos populares de Nafarroa ha evitado que medio millón de platos y cubiertos de plástico acaben en la basura. Esta vajilla de las de toda la vida se presta desde hace diez meses y se ha empleado ya en 336 comidas populares.

El consejero Ciriza, junto a los responsables de residuos y de la fundación Varazdin. (Gobierno de NAFARROA)
El consejero Ciriza, junto a los responsables de residuos y de la fundación Varazdin. (Gobierno de NAFARROA)

El Gobierno navarro presta los platos limpios y se los lleva sucios. Así de sencillo. La gestión de la limpieza y traer la vajilla hasta el lugar donde se empleará queda en manos de la fundación Varazdin, que trabaja con personas en exclusión social. El coste por comensale es 1,5 euros y la vajilla, platos, bandejas y demás enseres se pueden pedir a través internet, concretamente aquí o, a través de la Mancomunidad de Iruñerria, en este otro enlace.

La idea surgió al calor de la implantación de la nueva Ley Navarra de Residuos que traerá la prohibición de las vajillas de un solo uso, pajitas y demás. En principio, estas vajillas de plástico se prohibirán a partir del 1 de enero del año próximo. A no ser que el Constitucional diga otra cosa. El Gobierno del PSOE planteó un recurso ante el TC contra la nueva ley navarra que, si bien lo admitió, no solicitó suspensión de la normativa navarra, que es la más avanzada del Estado. Así que la prohibición parece inminente. 

La vajilla cerámica y los cubiertos de metal que se gestionan desde lo público tienen capacidad para dar servicio a 3.000 comensales, aunque lógicamente cada peticionario solicita los que realmente le hacen falta. A través de la Mancomunidad de Iruñea y el Consorcio de Residuos, la fundación sin ánimo de lucro que gestiona estos platos puede dar servicio a cualquier punto de Nafarroa. Por de pronto, el éxito de la idea ha sido tal que este mismo viernes el consejero Bernardo Ciriza ha querido hacer balance.

Ciriza ha destacado que las fiestas, comidas populares, competiciones deportivas o actos similares «son una gran oportunidad de favorecer la participación ciudadana y la economía local, pero a su vez suponen un incremento de consumo y una mayor generación de residuos. Por ello, debemos aprovechar este tipo de eventos como una oportunidad para sensibilizar a la ciudadanía sobre el respeto al medio ambiente».

Por su parte, el gerente de Varazdin ha subrayado la contribución de esta medida para reducir la huella ecológica y ha valorado que «la acogida por parte de la ciudadanía ha sido increíble; han percibido un mejor servicio y una buena práctica en tanto que se evita la generación de residuos».