NAIZ
DONOSTIA

Una versión particular de la tabla periódica con 118 vinos para ensalzar su importancia

Donostia International Physics Center (DIPC) ha reproducido con nombres de vinos los 118 elementos de la tabla periódica en el marco del proyecto Kimikoteka, una iniciativa que prevé reeditar en futuras ediciones con otros productos cotidianos para «ensalzar la importancia» del logro de Dmitri Mendeleyev.

La tabla periódica con 118 vinos se puede ver en el Koldo Mitxelena de Donostia. (DIPC)
La tabla periódica con 118 vinos se puede ver en el Koldo Mitxelena de Donostia. (DIPC)

El presidente del DIPC, Pedro Miguel Etxenike, y el catedrático jubilado de Química Física de la UPV/EHU Juan José Iruin han presentado el proyecto Kimikoteka en una rueda de prensaen el centro Koldo Mitxelen, donde se puede presenciar hasta el próximo día 19 esta peculiar tabla periódica que en los próximos años se repetirá con otros «productos cotidianos» como quesos o verduras.

La iniciativa Kimikoteka, promovida con motivo del 150º aniversario de la creación de la tabla periódica, pretende «ensalzar la importancia y belleza» de esta invención de Mendeleyev como «uno de los grandes logros de la ciencia». De esta manera, una versión «muy particular» de la tabla periódica sirve para presentar y explicar los diferentes procesos químicos, físicos y biológicos que dan lugar a partir de una sustancia común simple, a productos más complejos.

Durante la comparecencia, Iruin, autor de esta tabla enológica, ha desvelado que ha sido confeccionada íntegramente con vinos del Estado español, salvo unas pocas excepciones portuguesas y australianas motivadas por la dificultad para encontrar nombres que se correspondieran con las siglas de los elementos.

Así, en esta peculiar clasificación, el carbono (C) está representado por un vino Cune, mientras que el berilio (Be) está reflejado por un Beronia, y el renio (Re) lo está por un Remelluri.

Iruin no ha ocultado los problemas creados por la denominación de algunos elementos que, como el praseodimio (Pr), constan de dos consonantes, y que han sido solventados con la selección de un caldo Protos.

Términos como el magnesio (Mg) y el curio (Cm) ha sido resueltos con la inclusión en la tabla de un Magaña Merlot y un Campillo, respectivamente, aunque algunas de las mayores dificultades, como las suscitadas por el antimonio (Sb) se han resuelto «tardíamente» gracias a un Señorío de Bocos cogido «un poco con alfileres».

Pedro Miguel Etxenike ha explicado, por su parte, que la tabla periódica «refleja un orden profundo de la naturaleza» ya que «captura la esencia no solo de la química, sino también de la física y la biología», lo que la convierte en «una obra de arte en sí, no solo por su contenido, sino también por la forma en la que fue concebida» por Mendeleyev.

Ha recordado, a este respecto, que el químico ruso «llegó a ella de la misma manera que un artista», como por ejemplo puede hacer un «poeta» con su obra, ya que contiene «coherencia, simplicidad, ritmo e inevitabilidad».

Además de la exposición de esta peculiar relación de caldos, que posteriormente podrá verse en el DIPC, el proyecto Kimikoteka incluirá una ponencia sobre la tabla periódica y su vinculación con la compleja composición de los vinos, el próximo 19 de diciembre en el Koldo Mitxelena; una «cata guiada científicamente» al día siguiente en la ardoteka Goñi, y una segunda cata personalizada en el restaurante Rekondo.