NAIZ

Kiev y las milicias del Donbass anuncian un intercambio de prisioneros este domingo

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y las milicias del Donbass han anunciado un intercambio de prisioneros que se llevará a cabo este domingo en la línea del frente, en otro paso de distensión del estancado conflicto.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. (Sergei SUPINSKY /AFP)
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. (Sergei SUPINSKY /AFP)

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha indicado este sábado que esperaba que se produjera un canje de prisioneros el domingo entre Kiev y las milicias del Donbass, algo que, si se confirma, sería una nueva etapa hacia una desescalada en este conflicto armado.

«El intercambio debe producirse mañana. Nosotros lo esperamos. Por ahora la identificación de todas las personas no ha terminado», ha indicado Zelenski.

Horas antes, los separatistas prorrusos han anunciado que habían llegado a un acuerdo con las autoridades ucranianas para intercambiar a varias decenas de prisioneros el domingo.

Según Daria Morozova, portavoz de los separatistas, las dos repúblicas de Donetsk y Lugansk recibirán 87 prisioneros y Kiev, 55.

Los medios de comunicación rusos explicaron que la entrega de detenidos se va a producir en la línea de frente.

Según informaciones de la prensa ucraniana, no confirmadas por las autoridades, los separatistas podrían liberar principalmente a presos de guerra ucranianos, pero también a activistas o periodistas pro-Kiev.

De lado ucraniano, un tribunal de la ciudad de Kharkiv liberó el sábado a tres hombres condenados a cadena perpetua por haber preparado un atentado en febrero de 2015. El fiscal ucraniano sostuvo que fueron liberados porque deben figurar en el intercambio.

Otros medios ucranianos señalan que la operación podría incluir a expolicías detenidos en Ucrania durante la revuelta de la plaza Maidán en 2014, que derrocó al presidente.

Negociaciones

Este intercambio se prepara desde el encuentro celebrado en París a principios de mes, entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y el ucraniano, Volodimir Zelenski, con la presencia de los dirigentes franceses y alemanes.

Era la primera vez que Zelenski veía a Putin cara a cara. El nuevo jefe de Estado ucraniano lleva a cabo una paulatina flexibilización de su política hacia Rusia, sobre todo en lo que respecta al conflicto en el este del país.

En setiembre, Kiev y Moscú ya intercambiaron 70 detenidos, entre ellos algún rostro conocido, como el cineasta ucraniano Oleg Sentsov, liberado por Moscú.

Además, los dos bandos retrocedieron en tres puntos de la línea de frente, medida que debe volver a repetirse antes de finales de marzo, según las conversaciones de París.

Por último, Moscú devolvió a Kiev varios navíos de guerra ucranianos aprehendidos por Rusia.

Ucrania acusa a Moscú de financiar y armar a los rebeldes, algo que Rusia niega, argumentando que su papel es humanitario y político y consiste en proteger a las poblaciones locales en zonas rusohablantes.

Conflicto estancado

El conflicto en el este de Ucrania ya ha dejado 13.000 muertos desde que estallara en 2014, unas semanas después de que Rusia se anexionara la península de Crimea.

La firma de los acuerdos de paz de Minsk, en 2014 y 2015, puso fin a los violentos combates, pero el alto el fuego previsto nunca se ha aplicado y los enfrentamientos armados son casi diarios. Paralelamente, tampoco se ha avanzado hacia un acuerdo político para poner fin al conflicto.

En el encuentro de París de principios de diciembre  tampoco hubo avances concretos como la retirada del armamento pesado, la restauración del control de Kiev en su frontera con Rusia, el estatus de los territorios del Donbass o la organización de elecciones locales en estas regiones.

Zelenski descartó cualquier elección o aumento de la autonomía mientras haya grupos armados que estén «ilegalmente» en territorio ucraniano.

Putin envió por su parte un mensaje de apoyo a los rebeldes al descartar de plano que se prevea devolver a Kiev el control de la zona de frontera.

«Imagino qué podría suceder en ese caso. ¡Srebrenica!», lanzó el presidente ruso, refiriéndose a la masacre de 8.000 personas perpetrada por los serbios de Bosnia, en 1995.