Empresarios y directivos industriales, así como responsables del sindicato UGT, han reclamado al Gobierno español que no «contraponga» la transición ecológica con el desarrollo industrial «sostenible».

Le han pedido que evite anuncios o medidas que generan un daño «innecesario» al sector, en alusión a los mensajes sobre las restricciones al uso del diésel o sobre el incremento de la fiscalidad aplicada a este combustible.

El CEO de Repsol, Josu Jon Imaz, y el presidente de Sidenor, Jose Antonio Jainaga, entre otros empresarios han participado este jueves en Gasteiz en una jornada organizada por UGT sobre el futuro de la industria, en la que han analizado los retos que afronta el sector y han invitado a los partidos políticos a suscribir un pacto de estado sobre la industria, con el que se «despoliticen» las medidas que afectan a esta actividad.

Imaz y Jainaga, así como el presidente de Gestamp, Francisco Riberas, el secretario general de la Federación Empresarial de la Industria Química Española (FEIQUE), Juan Antonio Labat, y el secretario de Política Industrial de UGT Euskadi-FICA, Carmelo Ruiz de la Hermosa, han participado en un debate titulado "Transformar la política productiva: políticas activas".

Todos ellos han coincidido en criticar los mensajes que se han lanzado en los últimos meses en torno a posibles restricciones a los vehículos diésel y a eventuales incrementos fiscales a este tipo de combustible. Y han exigido al Gobierno de Pedro Sánchez que no «contraponga» las medidas para la protección del medio ambiente y para el fomento de la transición ecológica con las posibilidades de «desarrollo sostenible» de la industria.

Imaz ha afirmado que el nuevo ciclo político que se abre con la conformación del Gobierno del PSOE y Unidas Podemos es una «oportunidad» para que partidos, empresas y sindicatos suscriban un «gran acuerdo» en torno a la política industrial, con el fin de coordinar las políticas industriales, medioambientales y fiscales para garantizar la competitividad y el futuro del sector.

El CEO de Repsol ha subrayado que es necesario mantenerse «firmes» en los compromisos sobre la descarbonización de la actividad industrial, por lo que ha considerado que no hay que bajar «ni un ápice» los objetivos sobre la reducción de las emisiones de CO2. No obstante, ha subrayado que esto se debe llevar a cabo de manera «inteligente», aprovechando las «capacidades» de cada país y evitando caer en «trampas».

El presidente de Sidenor, Jose Antonio Jainaga, se ha mostrado muy crítico con las posiciones que han mantenido hasta ahora en esta materia algunos de los integrantes del nuevo Ejecutivo español. «Llevan tres días y no se puede decir mucho; pero teniendo en cuenta los actores del Gobierno y su pasado, tengo muchas dudas», ha manifestado, en referencia a sus expectativas respecto al apoyo que el Ejecutivo pueda dar a la industria.

El diésel y el frenazo del sector

De esa forma, ha denunciado la «presión extraordinaria y peligrosa» que, según ha señalado, ejerció el Gobierno del PSOE en 2019 sobre la industria del automóvil, con anuncios sobre la «prohibición» de los vehículos con motores de combustión y mensajes que «demonizaban» el diésel, lo que generó un «frenazo» de las ventas de automóviles.

Además, ha criticado la «falta de sensibilidad» que ha mostrado el Gobierno con la reducción de los costes energéticos que han de afrontar las grandes empresas. «Nos hemos sentido poco escuchados y no bien tratados», ha afirmado.

Jainaga ha alertado de que, aunque el nuevo Ejecutivo «acaba de nacer», resulta «preocupante» que ya haya situado a la política medioambiental «por encima» de la industrial. Asimismo, se ha mostrado partidario de que los grandes partidos suscriban un pacto de estado para «despolitizar» las grandes decisiones que afectan a la industria.

«En contra de la industria»

Aún más crítico con la política industrial que pueda desarrollar el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos se ha mostrado el secretario general de la Federación Empresarial de la Industria Química Española, Juan Antonio Labat. Ha asegurado que el presidente, Pedro Sánchez, «entiende perfectamente» que el futuro de la economía pasa por la industria. No obstante, ha denunciado que el Ministerio para la Transición Ecológica, dirigido por la ministra Teresa Ribera, «está en contra de la industria». De hecho, ha asegurado que a dicho ministerio «no le importa que desaparezca» el sector industrial.

Por el contrario, ha considerado que la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, «ha demostrado sobradamente» durante su trayectoria que apoya a la industria, por lo que ha expresado su confianza de que pueda actuar como «acicate» para que el nuevo Ejecutivo español respalde al sector.

El presidente de Gestamp, Francisco Riberas, ha asegurado que  en los últimos años, los sucesivos gobiernos españoles no han tenido «suficiente sensibilidad industrial». Por ese motivo, ha coincidido con el resto de los intervinientes en que resulta necesario un pacto que sitúe las medidas de apoyo al sector «por encima de la política». Ha incidido en que más allá de que la gobernabilidad «pueda ser complicada», resulta imprescindible garantizar un mínimo consenso sobre ámbitos estratégicos como Educación o Industria.

Por su parte, el secretario de Política Industrial de UGT Euskadi-FICA, Carmelo Ruiz de la Hermosa, ha pedido al Gobierno que garantice la «coordinación» entre todas las políticas que, como las medioambientales, de innovación o empleo, pueden afectar a la industria, dado que las materias que afectan a este sector están «dispersas» en siete ministerios.

Una situación «complicada»

Ruiz de la Hermosa también se ha quejado de la situación «complicada» que sufren las empresas del sector del automóvil por las dudas respecto al diésel. En esta línea, aunque ya fuera de la mesa de debate, el responsable estatal de UGT-FICA, Pedro Hojas, ha denunciado los «ataques» que, a su juicio, está sufriendo la industria.

Hojas ha asegurado que es «compatible» mantener un sector industrial competitivo y moderno con el disfrute de un planeta «limpio». Por ese motivo, ha censurado que algunas medidas y anuncios que se han realizado han llevado a la industria a una situación de «emergencia y alarma».