Jaime Iglesias

La gloria fue para Almodóvar y el dolor para el cine vasco

Aunque había ilusión y optimismo frente a unos premios que se presumían muy repartidos, entre la nutrida representación de cineastas vascos que acudieron, en calidad de nominados, a la 34 ceremonia de entrega de los Goya, imperaba el sentido común y éste decía que la del sábado iba a ser la noche de ‘Dolor y gloria’, como finalmente ha sucedido.

Los galardonados en los Goya posan en grupo con su premio. (Jorge GUERRERO/AFP)
Los galardonados en los Goya posan en grupo con su premio. (Jorge GUERRERO/AFP)

Los directores de ‘La trinchera infinita’ ni siquiera han podido hacer valer su condición de alternativa tras ganar, sorpresivamente, el premio Forqué hace un par de semanas y solo Alejandro Amenábar y su filme ‘Mientras dure la Guerra’ han podido mantener el pulso con Pedro Almodóvar resuelto, después de más de tres interminables horas, a favor del manchego con siete Goyas frente a los cinco de Amenábar.

Eso sí, Goenaga, Arregi y Garaño han tenido, al menos, la satisfacción de que su película se haya hecho con uno de los grandes premios de la noche, el de mejor actriz para la malagueña Belén Cuesta que ha agradecido a los cineastas «el haberme dado la posibilidad de interpretar este personaje, el papel de mi vida, y el hecho de haber contado esta historia».

Junto con el galardón a Cuesta, ‘La trinchera infinita’ también ha logrado el premio, indiscutible, al mejor sonido, que han recogido Iñaki Díaz, Alazne Ameztoy, Xanti Salvador y Nacho Royo Villanova, único momento en el que el euskara se ha escuchado sobre el escenario.

Sin suerte

Tampoco ha tenido fortuna el resto de nominados que partían con opciones este año de cara a traerse algún Goya a Euskal Herria. Ni Aritz Moreno (‘Ventajas de viajar en tren’) ni Galder Gaztelu-Urrutia (‘El Hoyo’) que competían entre sí por el premio a la mejor dirección novel han podido hacerse con un galardón que ha terminado en manos de la barcelonesa Belén Funes por ‘La hija de un ladrón’, un largometraje que, como ‘Mientras dure la guerra’ y ‘La trinchera infinita’, participó en la Sección Oficial del último Zinemaldia.

‘Ventajas de viajar en tren’, que partía con cuatro candidaturas, se ha ido de vacío, mientras que ‘El hoyo’, con el mismo número de nominaciones, se ha hecho con el premio a los mejores efectos especiales que han recibido Mario Campoy e Iñaki Madariaga, agradeciéndoselo a los responsables de Basque Films.

A estos nombres conviene sumar el del compositor Alberto Iglesias, que ha logrado su undécimo Goya tras su undécima colaboración con Almodóvar, convirtiéndose en el profesional más laureado de la historia de estos galardones.

Poco más ha dado de sí una gala soporífera y falta de ritmo celebrada en una Málaga anegada por las fuertes lluvias que descargaron sobre la ciudad la víspera y que, visto lo visto, casi fueron un anuncio de lo que se nos venía encima.

Los profesionales de la industria estatal del cine, eso sí, han mostrado en varios momentos de la ceremonia su rechazo a la amenaza del fascismo y el gran triunfador de la noche, Pedro Almodóvar, su preocupación frente a «las dificultades por las que atraviesa el cine de autor, hecho al margen de las televisiones y de las plataformas», conminando al Gobierno español a proteger este tipo de producciones.