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Tres incineradoras paradas y una capital francesa en la que se acumulan las basuras

Las tres incineradoras que se encargan de engullir las ingentes cantidades de basuras que genera una urbe como París llevan diez días paradas. La huelga, en el contexto general del movimiento social contra las pensiones, amenaza con sepultar la imagen de la capital del lujo bajo las bolsas de desperdicios, a las puertas de las elecciones municipales.

Imagen de basuras sin recoger en una calle parisina. (paris-luttes.info)
Imagen de basuras sin recoger en una calle parisina. (paris-luttes.info)

Siguiendo el llamamiento de CGT-Energía las tres incineradoras de la zona de París y su área de influencia, en las que se queman las materias que no son objeto de tratamiento de reciclaje, están paradas.

La protesta, que arrancó hace diez días, empieza a dejarse sentir, sobre todo en los distritos 5, 6, 13, 16 y 17, conceden fuentes municipales.

Dentro de su movimiento de protesta en contra de la reforma de las pensiones, la sección de Energía de la CGT votó la pasada semana en favor de parar las incineradoras sitas en Saint-Ouen, Isséane-Issy-Les-Moulineaux e Ivry-sur-Seine. Esas tres plantas tratan a diario 6.000 toneladas de basuras.

A resultas de esa protesta, seis de los siete hornos están apagados y uno, el de Saint-Ouen, funciona al ralentí, informa la cadena de televisión LCI.

La acumulación de residuos a la espera de ser cremados ha hecho que no se pueda garantizar la recogida, al no disponerse de lugar de almacenaje suficiente.

La decisión de la Prefectura de garantizar la recogida de basuras ha llevado a establecer servicios mínimos, una medida a la que la CGT no se ha opuesto «para evitar represalias sobre los trabajadores», pero que, de momento, apenas ha servido para aliviar una situación que empieza a convertirse en grave.

La protesta tiene un fuerte impacto social -las redes se llenas de imágenes más o menos desagradables del festín de desperdicios- y un alto costo económico -pérdidas estimadas en 700.000 euros diarios-.

A ello hay que sumar también el impacto directo en el medioambiente. Ante la imposibilidad de quemar las basuras -y aprovechar esa energía para la calefacción urbana, apostilla la empresa Syctom, en su campaña de comunicación con la que quiere evitar que la protesta sindical dé alas al debate sobre la incineración- la opción que se está aplicando es la de enterrar.

La compañía destaca que las basuras se están sepultando, en compartimentos estanco, a medio centenar de kilómetros la capital francesa, para su futura recuperación.

La nueva crisis ligada a la impopular reforma de las pensiones irrumpe en un escenario pre electoral, el de las elecciones municipales del 15-22 de marzo, lo que pone a prueba a la alcaldesa Anne Hidalgo, a la que la oposición de derecha no ha dudado en reprochar «su pésimo balance en lo que se refiere a la limpieza urbana» de la capital francesa.