Maite Ubiria

La Asamblea Nacional vela armas para un debate de alto voltaje sobre la reforma de las pensiones

La reforma de las pensiones ideada por Emmanuel Macron llega este lunes a la Asamblea Nacional en una nueva fase de la tramitación de una propuesta que ha provocado un vasto movimiento de protesta en las calles francesas y también en Ipar Euskal Herria.

Una de las constantes protestas contra la reforma. (Christophe ARCHAMBAULT / AFP)
Una de las constantes protestas contra la reforma. (Christophe ARCHAMBAULT / AFP)

El movimiento social iniciado el pasado 5 de diciembre es el contexto inevitable del debate del proyecto de reforma de las pensiones que, tras pasar por una comisión especial, llega el lunes 17 de febrero al plenario de la Asamblea Nacional francesa.

Aunque la cómoda mayoría de que dispone el Gobierno de Emmanuel Macron no plantea duda sobre el resultado de la votación de la reforma que llevará a sustituir los 42 regímenes especiales existentes en el Hexágono por un sistema universal por puntos, es evidente que la oposición jugará todas sus cartas para amplificar el eco de las protestas ciudadanas y de las muestras de malestar en los más variados dominios profesionales que ha generado la reforma.

La izquierda parlamentaria cuenta con torpedear el debate mediante la presentación de una batería de enmiendas mientras que la derecha jugará en un terreno algo más resbaladizo, el de defender la necesidad de un cambio en el sistema, pero rechazando algunos de los capítulos de la reforma que plantea Macron.

Jornada de protestas

Los sindicatos, por su parte, marcarán el inicio del debate parlamentario con una jornada muerta en que la que habrá distintas acciones, incluidos paros en el transporte.

En Euskal Herria, el sindicato LAB anuncia una acción de protesta, el lunes en Biarritz, ante el despacho del diputado kanboarra Vincent Bru, adscrito a la mayoría macronista, para remarcar el rechazo social al proyecto que se votará en el parlamento de París.

En sindicato CGT, por su parte, ha organizado un debate público, a las 18.00 en la Bourse de Travail, en Baiona.

De acuerdo al calendario que baraja la Asamblea Nacional, el texto de la reforma, del que se ha eliminado la extensión de la edad de jubilación, debería ser adoptado en primera lectura antes de las elecciones municipales del 15-22 de marzo, de forma que, tras su paso por el Senado, pueda ser votado definitivamente antes del verano.

15 días y 41.000 enmiendas

La Cámara prevé cerrar el debate en 15 días, un periodo que, a priori, parece insuficiente si se tiene en cuenta que se han registrado 41.000 enmiendas.

A las puertas del debate el propio presidente Macron ha saltado a la palestra para pedir a los miembros de su gabinete que defiendan con más ahínco la que considera «una reforma de justicia» y que es objeto de protestas de todo tipo. Y no sólo en forma de manifestaciones, sino también de acciones que se organizan de un momento a otro vía redes sociales.

De hecho, el propio Macron se ha visto sorprendido por acciones que consistían en alertar de su presencia ya en un teatro ya en un restaurante, tras lo que esas veladas debían ser interrumpidas por motivos de seguridad.

El jefe del Estado ha dejado, por lo demás, poco margen al diálogo, ya que, mientras se anuncia una conferencia sobre la financiación del futuro sistema de pensiones, a la que se han prestado los sindicatos reformistas como el mayoritario CFDT, Macron ha asegurado que «es falso que no haya habido debate sobre la reforma, ya que se ha hablado del tema desde hace dos años», lo que da cuenta de su determinación para aprobar cueste lo que cueste la reforma que prometió durante la campaña que le llevó al Elíseo en mayo de 2017.

Así las cosas, y mientras la oposición vela armas para tratar de debilitar la fortaleza de la mayoría con el debate de enmiendas, desde las filas de la LREM afloran interpretaciones diferentes a partir de las palabras «de firmeza» de Macron.

Mediante decreto, si es preciso

Mientras que algunos parlamentarios descartan la utilización de mecanismos constitucionales cuyo uso es excepcional -artículo 49-3- otros no descartan utilizar esa fórmula que funciona a modo de decreto y hurta poder al legislativo.

Aunque el grupo parlamentario de LREM parece monolítico en cuanto a la reforma, el debate sobre materias de fuerte impacto social como es la situación de los trabajadores que ejercen profesiones especialmente duras o la discriminación de las mujeres trabajadoras también a la hora de acceder a la pensión pueden provocar sino divisiones al menos matices en el seno de la familia macronista, o al menos es lo que buscarán las formaciones de oposición. Todo ello hace preludiar un debate de alto voltaje y con fuerte cobertura en los medios.