Dabid Lazkanoiturburu

La Corte de La Haya condena a Rusia a una multimillonaria indemnización a la petrolera Yukos

La Corte de Apelaciones de Holanda ha avalado la sentencia de la Corte Permanente de Arbitraje de la Haya, que condenó en 2014 a Rusia por desmantelar por razones políticas el gigante petrolero Yukos a pagar una indemnización de 50.000 millones de dólares a sus antiguos accionistas. El Kremlin, que recurrirá la sentencia denuncia que esos accionistas adquirieron por métodos corruptos e ilegales el gigante petrolero en pleno desplome de la URSS.

El oligarca de Yukos, Mijail jodorkovski, en una vista judicial en 2010. (Alexander NEMENOV-AFP)
El oligarca de Yukos, Mijail jodorkovski, en una vista judicial en 2010. (Alexander NEMENOV-AFP)

El Tribunal de Apelaciones holandés ha confirmado la histórica sentencia de la Corte Permanente de Arbitraje (CPA), con sede en La Haya, que condenó en 2014 a Rusia a pagar una indemnización de 50.000 millones de dólares (46.200 millones de euros) a los accionistas del antiguo grupo petrolero ruso Yukos, por «forzar por razones políticas» la quiebra de esta empresa en 2006.

Este último fallo deja sin efecto una sentencia anterior, de abril de 2016, en la que un tribunal de Holanda había revocado, al argüir falta de competencia para ello, la decisión del CPA, que exigió en un fallo sin precedentes que el Estado ruso debía pagar esa cantidad millonaria a los antiguos accionistas de la multinacional Yukos, propiedad –hasta su quiebra- del oligarca Mijail Jodorkovski, que una vez fue el hombre más rico del mundo, y exiliado hoy en Londres desde 2015.

Enemigo declarado del Kremlin y enzarzado en una batalla política para liderar la oposición al líder ruso, Vladimir Putin, Jodorkovski fue detenido en 2003 y condenado a 14 años de prisión. Purgó diez años de cárcel y fue indultado en 2013 por el propio Putin.

El multimillonario denuncia que fue víctima de una campaña orquestada desde el Kremlin para privarle de su imperio petrolero por apoyar a la oposición.

Yukos fue acusada por las autoridades rusas de evasión de impuestos y de organizar el robo de petróleo extraído por sus filiales, en un proceso judicial que, en opinión de la compañía era una operación de acoso y derribo que sólo pretendía conseguir la confiscación de sus activos.

La empresa, entonces primera productora rusa de petróleo, fue puesta en liquidación judicial en agosto de 2006. Yukos fue troceada y vendida en su mayor parte al grupo petrolero público ruso Rosneft. Esta empresa, por aquella época de talla modesta, se convirtió, gracias a los activos del grupo desmantelado, en un gigante mundial. Está dirigida por un hombre de confianza de Putin, el también oligarca Igor Setchine.

La CPA había dictaminado en 2014 que Moscú forzó a Yukos a declarar la bancarrota usando estrategias fiscales, para luego vender sus activos a empresas estatales, y por ello, el tribunal exigió al Estado ruso pagar la mayor indemnización dictada por esta Corte en toda su historia.

La defensa rusa

Dos años más tarde, la Justicia local anuló esa decisión porque consideró que la CPA no tiene jurisdicción para examinar el caso, ya que Moscú ha firmado pero no ha ratificado el Tratado de la Carta de Energía, en el que precisamente se basó el fallo.

Rusia argumentó que, además, la sentencia se contradice con las conclusiones de la Corte Europea de Arbitraje de Estrasburgo, que en dos ocasiones reconoció a Yukos culpable de fraude fiscal a gran escala.

El Ministerio ruso de Justicia ha anunciado que recurrirá en apelación  ante el Tribunal Supremo de Holanda. A través de un comunicado, el Ministerio ha deplorado que la Corte de Apelaciones de La Haya «haya ignorado el hecho de que los accionistas de Yukos no eran inversores de buena fe. Al contrario, tomaron el control de los activos de aquella sociedad gracias a un sinnúmero de acciones ilegales y delitos, entre ellos corrupción y evasión fiscal».

Activos soviéticos a precio de saldo

La abogada del Estado ruso, Andrea PINNA, ha insistido durante el largo e inacabado proceso en la necesidad de «analizar las circunstancias por las que oligarcas rusos se hicieron con el control de Yukos durante el proceso de su privatización en 1995 y 1996.
Y es que en el contexto del desplome de la URSS, hombre de negocios sin escrúpulos amasaron fortunas inmensas y crearon grandes imperios al adquirir a precio de saldo los activos soviéticos, especialmente en el sector de las materias primas, mientras el país estaba hundido en una crisis profunda y la población se hundía en la pobreza.

Los oligarcas aprovecharon la debilidad del ya desaparecido expresidente Boris Yeltsin para gobernar de facto sobre el inmenso país euroasiático.

Uno de ellos fue sin duda Jodorkovski, en su día dirigente de las Juventudes Comunistas soviéticas (Komsomol). No fue ni mucho menos el único pero sí uno de los más destacados. También porque, lejos de plegarse y de alinearse con Putin tras su llegada al poder, osó desafiarle.

Desde su exilio en Londres, Jodorkovski ha saludado el fallo e insistido en que «es el Kremlin el que ha perdido, no Rusia», y auguró que «al final no será Rusia la que pagará sino (Igor) Setchine», el referencia al patrón de Rosneft y oligarca bendecido por Putin.

En cualquier caso, eso está por ver, ya que pese a que han pasado ya 14 años desde la bancarrota del gigante petrolero, el proceso judicial aún no ha acabado.