La CDU de la canciller alemana, Angela Merkel, había excluido en su día cualquier alianza tanto con la ultraderechista AfD como con Die Linke. Hace unas horas, los conservadores alemanes acordaron apoyar a la izquierda en la formación de Gobierno en Turingia, poniendo así fin a la crisis política desatada tras la elección del liberal Thomas Kemmerich (FDP) –quien dimitió unos días después debido a la presión de la Gran Coalición– como ministro presidente con el apoyo de la extrema derecha.

Con este apoyo «podremos asegurar un presupuesto», ha señalado el líder de Die Linke en Turingia y ministro presidente saliente, Bodo Ramelow, esta noche en una conferencia de prensa al término de una reunión de más de cuatro horas en Erfurt con el socialdemócrata SPD, los ecologistas Verdes y la CDU.

«Tan pronto como se haya aprobado el presupuesto para 2021, se celebrarán nuevas elecciones», seguramente en abril de 2021, ha agregado Ramelow.

Hasta entonces, habrá un Gobierno en minoría formado por Die Linke, SPD y Verdes, liderado por  Ramelow, para llevar adelante la transición. La CDU dará su apoyo sin participar en el Ejecutivo.

Sobre todo, deberá que gestionar los asuntos cotidianos, evitando así la obstrucción programada de la extrema derecha de la AfD, que se ha convertido en la segunda fuerza política regional detrás de Die Linke.

«La CDU abre así el camino a la oposición constructiva para garantizar condiciones estables para Turingia hasta fin de año», ha manifestado el líder regional del SPD, Wolfgang Tiefensee.

Línea roja

El 5 de febrero, la elección sorpresa del liberal Kemmerich gracias a los votos de la CDU pero también de la AfD provocó un terremoto en Alemania. El líder del FDP tuvo que renunciar 24 horas después, provocando una parálisis institucional.

Ahora, para posibilitar la elección de Ramelow, los parlamentarios regionales de la CDU le darán su voto, aunque anónimamente, según el diario "Tagespiegel".

Este apoyo de los conservadores a la izquierda, sin una alianza previa, es una novedad para la CDU, cuya actual líder, Annegret Kramp-Karrenbauer, había excluido totalmente hasta ahora este tipo de acercamiento.

Pero durante varias semanas, se ha escuchado voces influyentes entre los conservadores para revisar este veto que pone al mismo nivel a la izquierda y a la extrema derecha.

El ataque racista del miércoles en Hanau que dejó nueve muertos ha podido haber ayudado a mover esa línea roja.