Aritz INTXUSTA

El París 365 se pasa al tupper y ahora también cose mascarillas

Al comedor social París 365 de Iruñea no lo para el coronavirus. Los trabajadores siguen cocinando en la calle San Lorenzo para quienes no están en situación de costearse la comida. Ahora, se tienen que llevar el menú en tupper para comérselo en casa. 

Uno de los cocineros del París con el chilindrón en la olla.
Uno de los cocineros del París con el chilindrón en la olla.

«¿Cómo vamos a cerrar? Si cerramos, ¿dónde comería esta gente?», se pregunta Patxi Lasa, presidente de la sociedad Gizakia Herritar, que es la que está detrás del comedor. Los principales servicios que desarrolla el París 365 siguen abiertos, tanto la despensa en la que se reparte comida a familias con cocina, como el comedor. 

El miércoles, el comedor puso 63 tuppers con cordero (halal) al chilindrón para comer y otros tantos de ensalada campera para cenar. De postre había batidos de chocolate y plátanos. El pan, como todos los día desde hace 11 años, sigue siendo entregado de forma solidario por la panadería Arrasate. 

«Es importante que mantengamos la actividad. Somos un equipo y mantenemos las ganas», subraya Lasa. La situación en la que viven numerosas familias sigue siendo muy difícil y, en particular estos días, pues ya no es solo el confinamiento, sino también el hecho de que el Banco de Alimentos de Nafarroa haya decidido cerrar. Uno de los motivos que alegó el Banco de Alimentos para bajar con mucha pena la persiana es que la mayoría de sus voluntarios son jubiliados y, por tanto, población de riesgo.

Una de las particularidades del trabajo de estos días es que las mascarillas para protegerse de la epidemia se las han cosido por voluntarios del comedor solidario. El día a día de la actividad puede seguirse en su página de Facebook donde también aparecen teléfonos y fórmulas de contacto de las redes de apoyo y cuidados que han surgido de forma altruista en Iruñerria.