Txisko Fernández
Donostia

India comienza el confinamiento y ya somos más de 3.000 millones de personas en todo el mundo

India, con sus 1.300 millones de habitantes, ha comenzado este miércoles el mayor y más largo (21 días) confinamiento decretado desde que la pandemia del nuevo coronavirus se extendiera fuera de China. En todo el planeta, ya son más de 3.000 millones las personas a las que se ha instado a permanecer en sus casas.

Gente esperando en la cola para entrar en un supermercado de la ciudad india de Bangalore. (Manjunath KIRAN/AFP)
Gente esperando en la cola para entrar en un supermercado de la ciudad india de Bangalore. (Manjunath KIRAN/AFP)

Desde Euskal Herria hasta la ciudad china de Wuhan –desde donde se propagó la epidemia–, pasando por Lombardía –la zona más castigada en este momento–, Noruega, Argentina, California o Ruanda –el primer estado africano en hacerlo–, el confinamiento de la ciudadanía, con condiciones más o menos estrictas, afecta ya a más de 3.000 millones de personas, repartidas en más de 70 estados o territorios.

Esta cifra, que corresponde al recuento que AFP ha elaborado a media tarde de este miércoles, se ha alcanzado tras la entrada en vigor de esta medida en India. Con sus 1.300 millones de habitantes, ha dado comienzo al mayor y más largo confinamiento en un intento por frenar las devastadoras consecuencias que podría tener esta epidemia entre una población muy vulnerable.

Durante 21 días, una sexta parte de la población mundial –que la ONU calcula en más de 7.700 millones– estará «totalmente confinada» en sus viviendas si sigue la consigna lanzada por el primer ministro, Narendra Modi, en un discurso a la nación emitido la noche del martes, apenas unas cuatro horas antes del inicio del toque de queda.

Con 600 casos positivos de coronavirus y apenas una decena de fallecimientos, el Gobierno indio se prepara para aplicar estrictamente unas medidas que, según algunas estimaciones, podría golpear con fuerza a este país densamente poblado y que, pese a ser considerada la quinta economía del mundo, tiene un sistema sanitario muy deficiente.

Las tiendas de comestibles y de abastecimiento de productos o servicios esenciales deberían permanecer abiertas, aunque la imprevista puesta en marcha del confinamiento ha derivado en el cierre de gran parte del comercio, desatando la incertidumbre entre la gente, según relataba Indira Guerrero para la agencia Efe desde Nueva Delhi.

Otro grupo importante de la actividad del país, los trabajadores que viajan diariamente desde sus aldeas hasta los centros de trabajo, han quedado varados en la capital al carecer de transporte.

Producción de medicamentos genéricos

El confinamiento de India representa también un problema para el mercado global de medicamentos genéricos, como ha advertido a Efe una fuente del sector farmacéutico del país, que ha puntualizado que de momento no hay problemas de inventarios.

El Ministerio de Comercio ha enviado una notificación en la que prohíbe la exportación de Hydroxychloroquine, usada para el tratamiento de la malaria y, de manera experimental, para la prevención del coronavirus.

El martes fue prohibida la exportación de gel antibacterial, de equipo médico para la asistencia respiratoria y material para máscaras, fundamentales para tratar casos crónicos del virus.

Brasil y México, en otra onda

Donde se resisten a seguir la onda del confinamiento general es en otros dos de los países más poblados del planeta: Brasil, con más de 200 millones de habitantes, y México, que supera los 125 millones. Sus respectivos jefes de Estado rechazan tajantemente aplicar esta medida, que ya es obligatoria en cerca de 40 países y territorios que suman unos 2.300 millones de habitantes.

En medio de las críticas de casi todos los sectores políticos, Jair Bolsonaro ha vuelto a menospreciar este miércoles el avance de la pandemia de coronavirus en Brasil y ha exigido que las medidas de distanciamiento social impuestas por algunos gobernadores, como los de Sao Paulo y Río de Janeiro, se limiten a las personas de más edad y a las enfermas.

«Si la política de aislamiento continúa, tendremos el caos y el virus juntos», ha indicado en declaraciones a los periodistas en Brasilia.

El líder de la ultraderecha brasileña, de 65 años, ha mantenido así la línea del discurso que ofreció la noche del martes en un pronunciamiento trasmitido en cadena por radio y televisión en el que contrarió las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En esa intervención, criticó el cierre de las escuelas y comercios e insistió en calificar el coronavirus de «gripecita». «Vamos a poner al pueblo a trabajar, a preservar a los ancianos, a los que tienen problemas de salud», añadió. 

Para mantener su posición, Bolsonaro coloca por delante su amistad con Donald Trump, incluso tergiversando las últimas declaraciones del presidente de EEUU. «Trump sigue una línea semejante a la mía. Es un país más poderoso que el nuestro, tiene una cultura y educación diferente a la nuestra, por lo que todo indica que va a reabrir hoy los puesto de trabajo», ha señalado Bolsonaro, quien minutos después ha sido corregido por un periodista.

López Obrador, de restaurante

Desde una posición política muy distinta a la del mandatario brasileño, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, también ha defendido este miércoles la importancia de mantener la economía en plena pandemia de Covid-19 y ha profundizado en una polémica surgida en días precedentes cuando visitó un establecimiento de comida: «¿Por qué no ir (a las fondas)? Si no está prohibido», ha indicado.

El pasado domingo, el presidente publicó un vídeo en redes sociales desde una fonda en el estado de Oaxaca con este mensaje: «Yo les voy a decir cuándo no salgan pero, si pueden hacerlo y tienen posibilidad económica, pues sigan llevando a la familia a comer a los restaurantes, a las fondas».

López Obrador ha sido muy criticado en algunos sectores por minimizar esta crisis sanitaria. No obstante, mantiene que «la estrategia» de su Gobierno «es muy clara»: «Vamos a protegernos y vamos a proteger a los más vulnerables, que es lo que estamos haciendo, pero procurar el menor daño posible (a la economía). Que no nos salga más caro el remedio que la enfermedad».

El Gobierno mexicano declaró este martes la entrada en la fase 2 de la pandemia –cuando hay transmisión comunitaria– aunque prevé que el brote se propagará lentamente, lo que permitirá que sea asumible para el sistema de salud.

El lunes se activó la denominada Jornada Nacional de Sana Distancia, que durará un mes y promueve el distanciamiento social, la protección de las personas mayores, la suspensión eventos y reuniones masivas, y la cancelación temporal de actividades laborales no esenciales.