Correos ha confirmado este viernes que restablece el reparto de prensa que había bloqueado hace más de una semana por el coronavirus. En nuestro caso se traduce en que los presas y presas vascas que recibían GARA vuelvan a hacerlo.

La decisión facilita el acceso a la información de estas personas, que a consecuencia de la pandemia se han visto privadas de visitas de sus allegados y como única compensación cuentan con algunas llamadas más de teléfono por semana (en el caso de los presos políticos vascos, han pasado de ocho a doce). A su vez, esto ha disparado la «factura del teléfono». Y ahora el peculio se debe abonar a través del banco en todas las cárceles, obligando a centralizar los pagos.

La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias del Gobierno español ha avanzado esta semana que sopesa repartir teléfonos móviles entre las personas presas para facilitar el contacto con sus familias, aunque en principio en casos muy concretos y bajo estricto control de uso. También afirmó hace ya tres semanas que los presos en tercer grado no tendrían que acudir a prisión a dormir para evitar contagios en las entradas y salidas, pero ello se está materializando con cuentagotas, caso a caso. A la espera de ver qué medidas se articulan realmente y cuáles de ellas llegan a los vascos, de momento vuelven al menos a contar con prensa.