Veinte millones de euros de beneficio previstos esta temporada, más de treinta en caja… Los números del Eibar parecen lo suficientemente fuertes para afrontar la crisis del Covid19. Por eso de momento no hay ERTEs ni reducciones de sueldo, como está sucediendo en cada vez más equipos. Pero podría haberlos.

Eso se desprende de la ruda de prensa virtual que ha ofrecido hoy Jon Ander Ulazia. El consejero delegado del club no ha respondido explícitamente a las cuestiones planteadas sobre estos dos asuntos –y lo malo de la «virtualidad» es que no se puede repreguntar–, pero de su discurso se puede extraer que no están totalmente descartados, a expensas de cómo evolucione la situación y, sobre todo, qué suceda con las once jornadas que restan para concluir el campeonato en Primera.

«No nos hemos acogido a ciertas medidas como pueden ser los ERTEs pero vamos a sufrir económicamente. Una cosa es que tengamos músculo y otra es que vayamos a dilapidar el patrimonio que tanto ha costado generar», asegura, aunque subraya que las decisiones se tomarán en función de cómo se den los acontecimientos.

«Estamos estudiando diferentes alternativas y veremos cómo lo afrontamos cuando se clarifique el escenario. Pero lógicamente no podemos hacer que esta situación nos genere un daño todavía mayor que el previsto. Habrá que tomar las medidas que sean necesarias. Actuaremos responsablemente y una vez que se clarifique el escenario, veremos qué medidas se adoptan», ha insistido.

Ahora mismo se trabaja con tres posibles escenarios. Aunque el perjuicio en cualquier caso «va a ser grande, de muchos millones de euros», el tamaño del agujero dependerá de cuál de las tres opciones sea finalmente la que toma cuerpo.

«Principalmente existen tres –explica Ulazia–: una suspensión total del campeonato, una reanudación sin público y una reanudación con público. El primer escenario es absolutamente catastrófico, tendría unas pérdidas muy importantes, económicas principalmente pero también sociales. El segundo no supondría tanta pérdida económica, sobre todo comparándonos con otros clubes, por las características de nuestra masa social y de nuestro estadio, que es el más pequeño de Primera. Pero sí tendría un gran perjuicio social; el diez de marzo desgraciadamente ya vivimos lo que es jugar un partido a puerta cerrada. Evidentemente, no es un escenario deseable. El tercero sería el que desearíamos todos, la disputa a puerta abierta. Incluso en ese escenario tendríamos un perjuicio económico por el parón que hemos tenido pero lógicamente sería el más deseado por el club y el fútbol en general».

Es imposible saber ahora mismo cuál será el escenario definitivo, aunque «la Liga y los clubes trabajamos con todas las posibilidades». Lo único seguro es que «no habrá reanudación si no se garantiza la salud de los futbolistas y de todos los que participan en la competición» y que las decisiones siempre estarán supeditadas a lo que dispongan las autoridades sanitarias.

El mandatario azulgrana, por otro lado, ha reconocido la complicación de planificar la próxima temporada. Más aún en el caso del Eibar, que ni siquiera sabe en qué categoría estará. Ha asegurado, asimismo, que el club sigue trabajando en la construcción de la Ciudad Deportiva, aunque tanto lo sucedido en el vertedero de Zaldibar como el estado de alarma por la pandemia de coronavirus han paralizado los trabajos.