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La Vuelta espera disputarse en sus fechas y el Tour baraja cambiarlas

El calendario ciclista está interrumpido desde la disputa de la París Niza y, una vez aplazado el Giro, el Tour empieza a barajar otros escenarios ante la dificultad de empezar el 27 de junio. La Vuelta espera poder mantener sus fechas del 14 de agosto al 6 de setiembre sin contemplar una reducción para reubicar en un nuevo calendario todas las pruebas aplazadas.

Maximilian Schachmann ganó la París Niza, última prueba ciclista disputada. (Alain JOCARD/AFP)
Maximilian Schachmann ganó la París Niza, última prueba ciclista disputada. (Alain JOCARD/AFP)

La UCI (Unión Ciclista Internacional) decidió aplazar todas las carreras hasta el 1 de junio, lo que impide disputarse el Criterium de Dauphiné en sus fechas, y la otra prueba importante preparatoria para el Tour, el Tour de Suiza, también fue aplazado ayer. ASO, organizadora de la principal prueba del calendario, se resiste a tomar una decisión antes del mes de mayo, pero ya admite que trabaja en un cambio de fechas.

«Mentiría si dijera que no estamos trabajando en otra hipótesis», explica Christian Prudhomme, director del Tour, aunque deja claro que defenderá las fechas del 27 de junio al 19 de julio hasta que el coronavirus aconseje lo contrario. De hecho, ASO mantuvo la París Niza y solo suspendió la última etapa, a pesar de que el coronavirus ya era más que una amenaza.

Prudhomme trasmite que «lo más importante con diferencia es la lucha contra la pandemia. Nos adaptaremos de acuerdo a la situación de salud en el país». Sí descarta que la prueba se dispute sin público, idea que choca con las propuestas que llegan desde el Gobierno francés, que deja la puerta abierta a la posibilidad de «un Tour sin espectadores». Una de las principales fuentes de ingresos del Tour es su caravana publicitaria, que no tiene sentido sin público.

El exministro de Deportes y antiguo judoka olímpico, David Douillet, ya ha considerado «una locura» mantener el Tour en sus fechas actuales y una institución como Bernard Hinault ha declarado que «ahora mismo lo veo muy difícil. Creo que tendría que desaparecer la enfermedad en todo el mundo para que pudiera disputarse. Si hay Tour, la gente va a querer ir a verlo y se dirán: 'si pueden ir los ciclistas, nosotros también'. No tiene sentido querer hacerlo sin público».

La Vuelta tiene más margen al tener previsto su inicio el 14 de agosto y Javier Guillén, director general de una organización en la que también participa ASO, sostiene que «todos apoyamos que se dispute el Tour, una carrera indispensable para el ciclismo. Será difícil componer un nuevo calendario, pero tenemos que ser generosos».

Sin embargo, Guillén se opone a un cambio de fechas y a una reducción de la Vuelta. Trabaja con su equipo «para que se haga como está previsto. Tenemos el recorrido cerrado y los días son los que son, no contemplamos una carrera con menos de 21 etapas».

Se atisba que la UCI puede plantear reducir los días de las grandes vueltas en el rediseño del calendario. Alberto Contador se muestra contrario a esta opción: «No me atrae nada esa idea. Una carrera grande premia al ciclista que asimila bien los esfuerzos, que tiene capacidad de recuperación, y las diferencias se suelen marcar la tercera semana. Se trata de la esencia de la carrera, si no es así todo sería distinto, sería otra cosa».

La Euskal Herriko Itzulia, que debía comenzar este lunes, ha pedido a la UCI que le dé otras fechas, pero la gravedad de la situación impide poder plantear cualquier hipótesis de un nuevo calendario.