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El 70,15% de los empleos destruidos en Hego Euskal Herria es temporal

El 70,15% de los puestos destruidos en Hego Euskal Herria durante estos primeros meses de este año han sido temporales. La crisis del covid-19 vuelve a golpear con fuerza al empleo más precario, lo que eleva, una vez más, la dualidad del mercado de trabajo.

Trabajadores del campo sin proteccion en el campo de Villafranca. (Jagoba MANTEROLA/FOKU)
Trabajadores del campo sin proteccion en el campo de Villafranca. (Jagoba MANTEROLA/FOKU)

Las últimas reformas laborales posibilitan una vía fácil para destruir empleo por el diferente coste de terminación y extinción de contratos temporales y fijos. Además, hay que tener en cuenta que en Hego Euskal Herria en torno al 15% de los trabajadores perciben salarios por debajo del umbral de la pobreza. De hecho, un 30% de las contrataciones temporales que se firman tienen una duración inferior a los 7 días, según Lanbide, aunque el Consejo de Relaciones Laborales (CRL-LHK) eleva ese porcentaje al 37,5%.

Según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre de este año, en Hego Euskal Herria son 245.100 los trabajadores temporales, de un total de 1.041.100 asalariados, cifras que dejan la tasa de temporalidad en el 23,54%, casi un punto menos que a cierre de 2019, pero que sigue manteniendo a esta zona en el grupo de cabeza de la temporalidad de Europa, que no llega al 14% de media.

Llama la atención, por otro lado, el número de horas extraordinarias realizadas, según la Encuesta de Población Activa (EPA) del INE. En el primer semestre en la semana anterior a la elaboración de la encuesta se realizaron 6,67 millones de horas extraordinarias (1,7 millones los trabajadores y 1,3 millones las trabajadoras), un 17,5% más que hace un año. Y, a la vez, un 46,91% de las mismas no se pagaron o compensaron en tiempo libre. Entre los hombres el porcentaje cae al 33,98% y entre las mujeres sube a casi a la mitad (49,59%)

Destrucción intensa de empleo

Según los datos detallados por la Seguridad Social, hasta abril la destrucción de empleo por el covid-19 ha sido intensa. Entre el 12 y el 31 de marzo se destruyeron en el Estado español 613.250 empleos temporales, frente a 181.905 indefinidos.

En total esos días de marzo se destruyeron en el Estado español 836.603 empleos (el resto pertenece a otras categorías como formación), por lo que el 73% fue temporal. En abril, las cifras llaman más la atención, 59.080 empleos temporales destruidos frente a 21.118 indefinidos nuevos creados. Es decir, toda la destrucción de empleo fue en temporales.

En ambos casos las cifras totales de destrucción de empleo subieron (898.822 en marzo y 49.074 en abril al incluir otros regímenes). Y en total, de todo el empleo destruido estos meses, el peso del temporal aumentó al 76% en el Estado español.

No hay datos desglosados para Hego Euskal Herria, pero la destrucción de empleo hasta abril llegó a los 23.193 personas. Bizkaia encabezó la destrucción con casi 9.000 afiliados a la Seguridad Social perdidos (8.998), seguido de Gipuzkoa con 5.522 afiliados menos; le siguen Nafarroa, con 4.775 menos, y Araba, que cierra con 3.898 afiliados a la Seguridad Social menos. En total, en Hego Euskal Herria son 1.231.151 afiliados a la Seguridad Social.

«Los ERTE han protegido a los indefinidos, hay pocos temporales en estos expedientes», explica a Efe el investigador de Fedea y profesor de la Universidad Autónoma Marcel Jansen, que apunta que hay «pocos incentivos» para incluirlos en esta herramienta frente a dejar extinguir sus contratos.

Asimismo, la cláusula de mantenimiento de empleo para las empresas en el acuerdo de los ERTE no afecta a los contratos temporales que se extingan por expiración del tiempo convenido o la realización de la obra o servicio que constituye su objeto, o cuando no pueda efectuarse de forma inmediata la actividad objeto de contratación.

Jansen, que ve más rápida y adecuada la reacción para proteger a los trabajadores en esta ocasión, recuerda también que el mercado laboral ha entrado en esta crisis en peores condiciones que en 2008.

«Además, España ha fracasado en la solución del problema de la dualidad que arrastra desde hace décadas», añade Jansen, quien avanza que volveremos a vivir el daño que hace esta situación, especialmente entre los más jóvenes.

Cada mes, el 90% de los contratos que se firman en el Estado son temporales y uno de cada cuatro, alrededor del 27%, dura menos de una semana, aunque en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa sobrepasa el 30%.

Menor antigüedad

Precisamente esos contratos de muy corta duración han sido los que han ido ganando peso en los última década al pasar de representar el 17% en 2009 a ese 27% en el conjunto del Estado español con especial relevancia en la hostelería.

«Existe una mayor tasa de temporalidad y de parcialidad, y la antigüedad media de los trabajadores es menor en los sectores más afectados por el covid-19», según recordaba esta semana el Banco de España en un informe en el que advertía de las dificultades para recolocarse para los afectados.

De cara al futuro, y para intentar ir solventando esta situación, Jansen propone más flexibilidad dentro de los contratos temporales para que el vínculo con la empresa pueda ser más estable.

«Urge un gran pacto frente a la precariedad», señalaba el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, en la rueda de prensa para valorar los datos de empleo de abril.

«Esta pandemia ha vuelto a demostrar el fracaso absoluto de este modelo. Cuesta imaginar lo que hubiera sido este mes sin el gran desplome que en esta crisis ha protagonizado el trabajo temporal», concluía.

Entre los objetivos del Gobierno español antes del estallido de la pandemia se señaló la necesidad de simplificar las modalidades de contratación para que el contrato ordinario sea el indefinido y los temporales tengan mejor justificadas sus causas.