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Aprobada la última prórroga de la alarma, hasta el 21 de junio: 177 síes, 155 noes, 18 abstenciones

Pedro Sánchez ha logrado con holgura la última prórroga del estado de alarma. La han aprobado 177 votos a favor (PSOE, UP, PNV, Cs...) frente a 155 noes (PP, Vox, JxCat, CUP) y 18 abstenciones (EH Bildu y ERC).

Pedro Sánchez, en su llegada al Congreso de Madrid. (Dani DUCH / AFP)
Pedro Sánchez, en su llegada al Congreso de Madrid. (Dani DUCH / AFP)

La última prórroga del estado de alarma ha sido aprobada esta tarde por el Congreso español, sin que esta vez el Gobierno de coalición pasara apuros en el recuento: ha sumado incluso mayoría absoluta, con 177 votos, al sumarse a los dos grupos del Ejecutivo los síes de PNV, Cs y otras fuerzas muy pequeñas.

Frente a ellos, los 155 votos habituales de las fuerzas de derecha PP y Vox y las independentistas catalanas JxCat y CUP. ERC ha optado esta vez por la abstención, junto a EH Bildu.

Con ello, en el Estado español se completará un ciclo de casi 100 días en estado de alarma, para darse paso después a lo que el Gobierno denomina «nueva normalidad», que también tendrá ciertas reglas pero canalizadas por otros procedimientos legales.

La declaración de estado de alarma fue formulada por Sánchez, erigido en mando único, el 14 de marzo, y luego prorrogada cada dos semanas en el Congreso, con mayorías variables según las circunstancias.

Por la mañana, Sánchez ha prestado al Congreso las líneas maestras del último periodo del estado de alarma, que a lo sumo se mantendrá vigente «hasta las 00.00 horas del 21 de junio».

Esa será su fecha tope, porque podrá finalizar antes si así lo decide en su territorio cada Gobierno autonómico. Sánchez ha indicado que en la fase 3, en la que si todo transcurre como se prevé entrarán tanto la CAV como Nafarroa el próximo lunes, serán los presidentes autonómicos quienes tendrá la potestad para mantener o modificar las condiciones publicadas la pasada semana. No obstante, el presidente ha puntualizado que «tendrán la capacidad de decisión absoluta, salvo las restricciones en materia de movilidad», como sucede por ejemplo en las mugas con Ipar Euskal Herria.

Tanto el Ejecutivo de Gasteiz como el de Iruñea ya esbozaron ayer martes sus planes al respecto. Pedro Sánchez ha añadido que los Gobiernos autonómicos podrán también decretar el final de la fase 3, que automáticamente supondrá el fin del estado de alarma en ese territorio en concreto.

El próximo martes, el Consejo de Ministros hará público un decreto de las medidas que estarán vigentes en lo que se viene denominando «la nueva normalidad», para «aunar en una sola norma las medidas sanitarias que tendremos que seguir hasta que haya una vacuna o un tratamiento terapéutico».

«No hay economía si no hay salud»

Pedro Sánchez ha subrayado que «hemos superado los peores momentos de una pandemia que asola el mundo» gracias a  «una sociedad responsable y solidaria». Ha cifrado en 27.127 el número de víctimas mortales, y ha defendido las restricciones aplicadas durante estos casi tres meses porque «la emergencia sanitaria era incuestionable, no hay economía si no hay salud».   

«Hubo que limitar algunas libertades para evitar los contagios. No había otra manera de ganarle al virus. Era necesario detener casi todo. Ha sido duro pero eficaz», ha insistido.

El presidente ha reconocido los desajustes en los datos ofrecidos en algunos momentos, y ha indicado que se debe «mejorar la recogida estadística de datos sanitarios. La plena competencia autonómica debe ser compatible con una estadística nacional armonizada».

«Viva el 8 de marzo»

Sánchez ha criticado que algunos partidos de la oposición utilicen «la bandera y el nombre de España en vano», y ha recordado que «estamos aquí porque nos han votado los ciudadanos, no hay buenos españoles y malos españoles, no hay buenos y malos ciudadanos».  

Ha pedido decir «no al veneno del odio, no a la violencia física, no a la violencia verbal, no al insulto y no a la provocación», y ha reclamado «concordia», al tiempo que ha reivindicado «alto y claro» que «viva el 8 de marzo», una jornada movilizadora que la derecha ha convertido en foco de sus iras, señalándola como principal foco de contagios.

Las dudas de Urkullu

El lehendakari Iñigo Urkullu ha señalado que espera que Pedro Sánchez cumpla con lo que aseguró el pasado domingo en relación a garantizar la movilidad entre comunidades autónomas limítrofes que hayan pasado a la fase 3.

En todo caso, ha indicado que habrá que esperar al «al viernes o sábado» porque «estamos acostumbrados a modificaciones de lo que se habla a lo que se refleja en los decretos».

Casado acusa de «esconder muertos»

El presidente del PP, Pablo Casado, ha acusado a Sánchez de haber mentido en la gestión de la crisis por el coronavirus y especialmente de «ocultar» la cifra de personas que han fallecido por la enfermedad con el objetivo de «esconder su incompetencia».

También le ha señalado por suscribir «pactos inconfesables» para mantener el estado de alarma, lo que le habría llevado a cruzar  «demasiadas líneas rojas» hasta convertirse «en el Gobierno menos democrático de nuestra democracia». Tampoco han faltado las referencias a la «purga» en los mandos de la Guardia Civil.

Ciudadanos: «Gobierno Frankenstein»

Desde Ciudadanos, Edmundo Bal ha querido dejar claro a Sánchez que es un presidente que no les gusta «nada, nada», ni tampoco su Gobierno «Frankenstein, horrible para España», pero como Cs es un partido «de centro, moderado», y volverá a apoyar esta sexta prórroga del estado de alarma «solo por el bien de España».

«Pese a los difícil que nos lo poner señor Sánchez, nos tragamos el orgullo porque somos el partido de la razón», ha justificado Bal.

El representante naranja también ha arremetido contra ERC por plantear una mesa de diálogo para Catalunya.

Abascal responde que Iglesias «desea una guerra civil»

Más a la derecha aún, el líder de Vox, Santiago Abascal, ha opinado que defender el 8 de marzo como ha hecho Pedro Sánchez es igual que gritar «viva la enfermedad y viva la muerte», y ha acusado al Gobierno de provocar «decenas de miles de muertos» por su «sectarismo y negligencia criminal».

También ha replicado al vicepresidente Pablo Iglesias, después de que este apuntara la pasada semana que Vox desea un golpe de Estado pero no atreverse a ejecutarlo. «Yo creo que el señor Iglesias desea una guerra civil, pero yo no voy a decir que no se atreve porque creo que en su vanidad y en su fanatismo es capaz de provocar cualquier drama en España. Y nosotros somos los que no vamos a caer en sus provocaciones», ha manifestado Abascal.

Rufián emplaza a elegir entre ERC o Ciudadanos

El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, ha instado al Ejecutivo de PSOE y Unidas Podemos a definir sus alianzas parlamentarias y le ha emplazado directamente a elegir entre Ciudadanos o su formación porque «todo no puede ser. Dime con quién pactas y te diré qué pactas», ha apostillado.

Rufián ha puesto en valor el acuerdo que su formación ha sellado con el Gobierno por el cual abandonarán el ‘no’ a la prórroga y regresarán a la abstención que habían mantenido hasta los dos Plenos anteriores, pero ha afeado especialmente al líder de IU y ministro de Consumo, Alberto Garzón, su disposición a pactar con Ciudadanos unos futuros Presupuestos.

Sobre la mesa catalana, ha insistido en que la pervivencia de la mesa de diálogo y negociación pasa por la «pervivencia» de ERC como «actor imprescindible en la gobernabilidad».

«En esa mesa no se juega el papel de ERC, se juega atajar un odio que pervive por generaciones, que ganen los que pican cacerolas o los que las llenan. En definitiva nos jugamos la democracia», ha dicho.