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«Christian B.», el eslabón que acerca a su fin la desaparición de Madeleine McCann

El sospechoso se halla detenido en Kiel por otro de los muchos delitos que se le atribuyen y la colaboración entre los cuerpos policiales de Gran Bretaña, Alemania y Portugal, después de un historial de recelos y enfrentamientos, están haciendo avanzar al fin el caso.

Los padres de Madeleine McCann, con camisetas con el rostro de su hija desaparecida desde el 3 de mayo de 2007. (Dominic LIPINSKI / AFP PHOTO)
Los padres de Madeleine McCann, con camisetas con el rostro de su hija desaparecida desde el 3 de mayo de 2007. (Dominic LIPINSKI / AFP PHOTO)

La policía británica sigue de cerca la investigación abierta en Alemania sobre el nuevo sospechoso de la desaparición de la niña británica Madeleine McCann, un acontecimiento que podría poner fin a 13 años de misterio.

Fuentes de la Fiscalía, en una breve comparecencia ante los medios sin preguntas, han corroborado con ello las sospechas difundidas el miércoles por la Oficina Federal de la Policía Criminal (BKA), vía comunicado.

El caso de la pequeña «Maddie», cuya desaparición en el Algarve portugués en 2007 conmocionó al mundo, dio un vuelco este miércoles después de que las autoridades británicas revelasen que investigan a un hombre de 43 años, identificado como «Christian B.» por el diario germano «Bild».

El sospechoso, que cuenta con un amplio historial delictivo por violencia sexual que incluye a víctimas menores, vivió en el Algarve entre 1995 y 2007, y el día de la desaparición de la niña se encontraba cerca de la casa de Praia da Luz, donde los McCann pasaban las vacaciones.

Según el semanario «Der Spiegel», el sospechoso tiene un historial de unos 17 casos, desde agresiones a robos o asuntos relacionados con drogas. Su primer juicio por un delito sexual fue en 1994, cuando tenía 17 años, en que fue condenado en Baviera por abusar de un niño. El último caso relacionado con menores fue un proceso por tenencia de pornografía infantil, en 2016.

Actualmente cumple condena por una violación cometida en 2005 en Portugal, cuya víctima fue una estadounidense de 72 años a la que ató, pegó, agredió sexualmente y finalmente robó.

Discrepancias policiales y conjeturas

El equipo de Scotland Yard que dirige la llamada Operación Grange, destinada a hallar pistas de la niña desde 2011, ha colaborado con las autoridades alemanas para dar con este sospechoso y ha identificado dos vehículos que pudo utilizar en el momento de la desaparición.

Desde aquel fatídico 3 de mayo de 2007, el «caso Madeleine» reunía todas las características para ser objeto de teorías y conjeturas: enfrentamientos entre la policía británica y la portuguesa, contradicciones sobre la versión de los padres y su entorno, multitud de sospechosos y pruebas poco concluyentes... El cóctel perfecto para que la historia llegara también a las pantallas a través de varios documentales.

De hecho, hasta la propia fiscalía de La Fiscalía de Braunschweig parte de la base de que la niña británica Madeleine McCann está muerta y sospecha que el autor del asesinato es el hombre de 43 años que está preso, cumpliendo condena en la ciudad de Kiel y con un amplio historia de antecedentes por violencia sexual, también contra menores. Con todo, Scotland Yard discrepa y sigue investigando una desaparición al no tener «evidencia definitiva de si Madeleine está viva o muerta».

La investigación portuguesa, por su parte, liderada en sus inicios por Gonçalo Amaral, puso en el punto de mira a los padres, Kate y Gerry McCann, que llegaron a ser formalmente investigados, aunque los indicios no fueron concluyentes.

Amaral, que acabó siendo despedido, encontró vacilaciones en el testimonio de los progenitores que siempre han defendido que la niña, entonces de tres años, desapareció cuando dormía junto a sus hermanos –los gemelos Amelie y Sean, de dos años–, en el apartamento de Praia da Luz, mientras ellos cenaban en un restaurante cercano con una pareja de amigos.

Tras más de una década de búsqueda infructuosa con multitud de apariciones públicas para tratar que el caso no cayera en el olvido, los McCann han afirmado que dan la «bienvenida» a la nueva línea de investigación y han destacado que su deseo es «encontrarla, destapar la verdad y llevar a los responsables ante la justicia».

«Nunca perderemos la esperanza de encontrar a Madeleine viva, pero cualquiera que sea el resultado, necesitamos saber, tanto como necesitamos encontrar paz», dijeron en un comunicado este miércoles.

En una entrevista con la Agencia EFE en 2019, Francisco Moita Flores, exinvestigador de la Policía Judicial portuguesa, defendió la tesis portuguesa de que la respuesta a este misterio está en el entorno de la familia, por las «contradicciones» que aseguró había en las declaraciones de los amigos que cenaban con los McCann.

Flores señaló que para aclarar lo sucedido era fundamental llevar a cabo una reconstrucción de los hechos, un procedimiento habitual que, sin embargo, en este caso nunca se hizo.

Se llegó a barajar también la posibilidad de que la niña fuese raptada por una organización dedicada a la pedofilia y la atención internacional que cobró el suceso hizo que, a lo largo de este tiempo, varias personas aseguraran haberla visto, a veces en varios continentes el mismo día, sin que se haya podido demostrar nada.

Tampoco ha ayudado el que se hayan sucedido los enfrentamientos entre los diferentes cuerpos policiales, que actualmente prosiguen sus investigaciones por separado: por un lado Scotland Yard, con un presupuesto que periódicamente se anuncia que se amplía, y por otro la policía de Oporto que sigue trabajando, aunque de forma más discreta.

Colaboración en lugar de competición

Desde el miércoles se sabe que ahora también la policía alemana se ha sumado a las pesquisas y pide la colaboración ciudadana para ayudar a esclarecer lo ocurrido.

Las sospechas sobre Christian B. se difundieron en primer lugar en Gran Bretaña, a través de Scotland Yard. La Fiscalía de Braunschweig indicó que se está investigando el asunto «en estrecha colaboración» con la Policía Metropolitana británica y con la Polícia Judicial portuguesa.

El portavoz de la fiscalía alemana ha declinado dar más detalles acerca de las sospechas o identidad del individuo, por estar el caso en curso de investigación.

Ha pedido, sin embargo, la colaboración ciudadana para el esclarecimiento del caso y recordó que la última residencia del sospechoso en Alemania era en Braunschweig, razón por lo que ha correspondido a esa fiscalía asumir las diligencias.

Tal como informó el miércoles el BKA, el sospechoso vivía en Portugal de trabajos ocasionales en la hostelería y gastronomía y se le atribuyen también delitos contra la propiedad, robos en hoteles o establecimientos vacacionales, así como tráfico de droga.

Las tres policías –alemana, británica y portuguesa– buscan ahora testigos para tratar de aclarar dónde estuvo el sospechoso el día de la desaparición de la pequeña, el 3 de mayo de 2007, entre las 21.10 y las 22.00 de la noche.

Se han difundido asimismo fotos de dos vehículos Jaguar XJR 6 de color oscuro y una furgoneta VW T3 Westfalia de color claro, con la que aparentemente pudo secuestrar a la niña, según «Bild».

Se tienen indicios, además, de que ese día realizó una llamada con un teléfono móvil portugués a una persona desconocida, cuestión asimismo objetivo de la investigación.

En mayo de 2019, medios locales portugueses informaron de que un ciudadano alemán, condenado por el asesinato de tres niños y descartado como sospechoso por Scotland Yard en 2011, estaba siendo investigado en relación con el «caso Madeleine».

El caso conmocionó a Europa, mientras los padres iniciaron una búsqueda incansable de su hija, convencidos de que puede seguir viva. En los últimos tiempos han llegado a difundir imágenes de su hija con el que podría ser su aspecto actual, como una muchacha de 17 años.

La investigación en torno a «Maddie» ha desembocado hasta ahora en más de 2.000 diligencias policiales, 500 búsquedas en la zona del Algarve y 12.000 páginas de proceso que hasta ahora no han conseguido arrojar luz sobre qué le ocurrió a la pequeña.