Maite Ubiria

Juicio al agente que hirió a Lola Villabriga en un contexto de denuncia de la violencia policial

Víctima de un disparo de pelota de goma en diciembre de 2018, cuando filmaba una movilización de los chalecos amarillos en el marco de una reunión preparatoria del G7 en Biarritz, la joven estudiante de Bellas Artes Lola Villabriga fue herida de gravedad en el rostro. El 26 de junio un policía será juzgado en Baiona acusado de «violencia involuntaria».

Lola Villabriga, junto a otra víctima de violencia policial, el baionarra Antoine Boudinet. (Guillaume FAUVEAU)
Lola Villabriga, junto a otra víctima de violencia policial, el baionarra Antoine Boudinet. (Guillaume FAUVEAU)

El juzgado de Baiona ha citado para el 26 de junio al policía al que se hace responsable de las heridas causadas a la joven estudiante Lola Villabriga en Biarritz.

La investigación abierta por la Inspección General de la Policía Nacional (IGPN) ha llegado a la conclusión de que «el policía vulneró de manera deliberada la obligación que le impone la ley de actuar con prudencia y con seguridad causando como consecuencia a la víctima una incapacidad laboral inferior o igual a tres meses».

El presunto autor de los hechos, un funcionario de Policía y por lo tanto agente depositario de autoridad, se enfrenta a una pena de un año de prisión y de 15.000 euros de multa.

Para la joven estudiante que, en diciembre pasado, manifestaba a GARA que «pese a no compartir la lógica punitiva, necesito que este agente asuma la responsabilidad de lo que hizo», el hecho mismo de que el caso -uno entre los centenares de episodios de violencia policial que se registraron en el contexto de la revuelta social de 2019- llegue a los tribunales es ya «un paso importante», según declara a Mediabask su abogada Sophie Bussière.

A falta de conocer el contenido completo del dossier, la letrada valora positivamente que se haya identificado al responsable de las heridas causadas a la joven, que actualmente cursa estudios en Nantes, pero que sigue padeciendo secuelas de la grave lesión de mandíbula que le causó el impacto de la bala de caucho.

Son una excepción los casos de violencia policial que llegan a tribunales. Como la investigación recae en un órgano interno como es la GIPN, en la mayoría de las ocasiones el dossier se cierra sin que de lugar a un proceso judicial.

Herido poco después que Lola, otro joven vasco, el baionarra Antoine Boudinet, que sufrió la mutilación de una mano, intenta que su caso sea asumido por un magistrado a fin de que se esclarezcan responsabilidades.

Floyd y Traoré

El proceso del 26 de junio por las heridas causadas a Lola Villabriga llega en un contexto particular, ya que la cuestión de la violencia policial, ligada en muchas ocasiones a comportamientos racistas, se ha reavivado a raíz de la muerte en la ciudad de Minneapolis (USA) del joven negro George Floyd.

Miles de personas han llenado las calles de París en movilizaciones que han pedido justicia para el joven Adama Traeré, muerto de asfixia hace tres años en el marco de una detención policial.

De paso por Baiona, su hermana, Assa Traoré, denunciaba que la impunidad marca los casos relativos a la violencia de la Policía, especialmente cuando sus víctimas proceden de barrios populares.