«Nunca he sentido que fuera su hijo. Ya tengo un padre, uno muy bueno y eso es suficiente para mí. ¿Pero un mentor? ¿Una inspiración? Eso lo aceptaría», ha dicho el técnico catalán.
Sobre lo que le atrajo y lo que le inspiró del entrenador de Tolosa, Guardiola ha mencionado su conocimiento del juego, su inteligencia y su humanidad.
«La manera en la que prepara sus sesiones. Somos muy parecidos en cómo vemos y cómo entendemos el juego. Es un amigo», ha añadido en una entrevista con Sky Sports.
Guardiola ha recordado cómo conoció a Lillo en un partido entre el Oviedo y el Barcelona en 1996 y la etapa de ambos en el Dorados mexicano.
«Era un jugador concentrado en jugar, pero sus ideas desde el banquillo de cómo progresar y cómo preparar los partidos en los entrenamientos eran muy importantes para mí. En ese momento de mi carrera sentí que necesitaba un tipo que me ayudara a ver lo que no podía ver. Trabajar con él en México me ayudó a mejorar», ha señalado Guardiola.
Ahora, el entrenador catalán espera que Lillo ayude a que el Manchester City mejore y a que él mismo se convierta en un mejor entrenador.
«Hay alguna cosa en la que no estamos de acuerdo, pero está bien. Eso es importante para mí a la hora de elegir gente que trabaje en el cuerpo técnico. No lo sé todo sobre el fútbol, aún estoy aprendiendo. Necesito gente cerca que me ayude a ser mejor entrenador para nuestros jugadores y que me permita ver cosas que no veo», ha insistido Guardiola.