Como le sucede al equipo muchas veces sobre el terreno de juego, falta rematar, pero salvo algunos detalles y una pequeña limpieza, la remodelación de Ipurua puede darse por culminada. Con la inauguración de la Grada Oeste y el nuevo anexo, que ya se utiliza desde hace un par de semanas, se completan unos trabajos que han durado seis años y han supuesto una inversión de veinte millones de euros.

Poco más de la mitad han sido para la última fase. Esta ha incluído algunos trabajos no contemplados inicialmente en la Tribuna Sur –cambios en los banquillos, nuevas instalaciones «Vip»…– pero, sobre todo, en la demolición y posterior reconstrucción de la Tribuna Oeste y el anexo, con los que no sólo se han alcanzado las 8.000 localidades de aforo en el estadio, sino que se han generado nuevos equipamientos que permiten decir que el Eibar, como ha destacado hoy su Consejero Delegado Jon Ander Ulazia, cuenta ya con unas «instalaciones de Primera División».

La Tribuna Sur alberga la nueva zona «Vip». (A. CANELLADA/FOKU)

Esta última fase, que arrancó hace dos años, ha sido la más complicada. Derribada la Grada Oeste, se rebajó el terreno para unificar los nuevos espacios. La nueva tribuna, que se desplazó unos tres metros hacia el oeste respecto a la anterior, «arrastrando» también el terreno de juego, se inauguró la temporada pasada. Pero exclusivamente como graderío. Ha habido que esperar un año más de lo previsto para que se completara el proyecto, que ha generado un buen número de nuevos espacios.

Bajo la propia Tribuna Oeste hay ahora un nuevo gimnasio, las oficinas del servicio médico, un espacio para la futura guardería –su instalación dependerá de la demanda– y una gran zona para los medios de comunicación, con sala de prensa y zona mixta.

La nueva sala de prensa, en el bajo de la Grada Oeste. (A. CANELLADA/FOKU)

La Grada y el anexo están comunicados de forma subterránea pero en la superficie se ha creado una nueva calle entre la calle Santaines y la carretera de Elgeta, que permanecerá siempre abierta. También lo estará el anexo, a petición del Ayuntamiento –titular de las instalaciones–, cuando esté disponible. No será demasiado porque allí se desarrollarán las actividades de la Futbol Eskola, algunos entrenamientos del fútbol base y también los de los equipos eibarreses Urki y Eibartarrak, así como del Eibar Rugby Taldea.

El anexo cuenta con su propia grada, que alberga media docena de vestuarios, las oficinas del fútbol base, servicios y una cantina. Además, en las plantas subterráneas se sitúan un espacio para guardar los carros de luz, que hasta ahora se trasladaban los días de partido a un aparcamiento público cercano al estadio, y tres aparcamientos. El principal acogerá los autobuses de los equipos, los vehículos de los árbitros y todos los que se movilizan para la retransmisión de los encuentros. Otro estará destinado a los futbolistas del Eibar y el tercero queda en manos del Ayuntamiento, que deberá decidir ahora su uso en una zona que, con las obras, ha perdido una treintena de plazas públicas de aparcamiento.

Bajo el anexo se han habilitado tres aparcamientos, el principal para los autobuses de los equipos y los vehículos de los árbitros y de la producción audiovisual de los partidos. (A. CANELLADA/FOKU)

Jon Ander Ulazia se ha mostrado muy satisfecho por la finalización de las obras, que dejan al Eibar con unas «instalaciones propias de Primera División». «A nivel de recursos somos un club humilde pero poco a poco, con recursos propios y empujando entre todos, hemos logrado tener un estadio adecuado a la categoría», ha añadido. El Consejero Delegado de la entidad ha destacado que «hemos tenido una política muy clara, que los recursos generados se emplearan para crear una estructura fuerte. El Eibar está cimentándose para estar en la elite mucho tiempo», ha subrayado, recordando que el próximo paso en este sentido pasa por la construcción de la Ciudad Deportiva. Un proyecto bastante más ambicioso y del que sigue sin saberse nada al margen de que se trabaja en ello cuando han pasado ya casi dos años desde que se aprobó su construcción en Areitio.

Los carros de luz se guardan ahora en los nuevos espacios subterráneos sin tener que seguir recurriendo a un aparcamiento público. (A. CANELLADA/FOKU)