En vísperas del tercer aniversario del referéndum del 1 de Octubre, tras el que Felipe de Borbón sacó la patita mostrando su faz más autoritaria, el monarca ha sido apartado por el Gobierno español de un acto de entrega de despachos a nuevos jueces, en el que se contaba con su presencia. De hecho, él o su padre habían estado allí los últimos veinte años.

El ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, ha confirmado este jueves que ha sido una decisión del Ejecutivo y la ha explicado así en la Cadena Ser: «Hay momentos en los que hay que sacrificar algo en pro de algo más seguro. Tenemos que dar normalidad a las cosas y quien tenía que tomar esa decisión la ha tomado y se habrá tomado sopesando muchas variables».

«Yo no digo que no tenga trascendencia, lamento que no esté el rey presidiendo un acto que para mí es tan emotivo y me parece importantísimo que esté pero creo que en la ponderación de bienes hay momentos en los que hay que sacrificar algo en pro de algo más seguro», ha recalcado.

La derecha está entrando en cólera por ello. El secretario de Justicia e Interior del PP, Enrique López, ha aseverado este jueves que la exclusión supone «una humillación al jefe del Estado, al Poder Judicial y al pueblo español».

En una entrevista en Telecinco, recogida por Europa Press, el consejero de Justicia, Interior y Víctimas de la Comunidad de Madrid ha reconocido que si es cierto que esa exclusión se produce a instancias del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como «juez me siento absolutamente humillado» y como «ciudadano español deprimido».