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Culmina en Yemen una primera fase de intercambio de un millar largo de prisioneros de guerra

El Gobierno yemení en el exilio, apoyado por Arabia Saudí, y los rebeldes hutíes, armados por Irán y en el poder en buena parte del país, completan hoy el intercambio de más de 1.000 prisioneros de guerra en vuelos entre la capital Sanaa y Adén, en el sur. Auspiciado por la mediación noruega a encargo de la ONU, el trueque de presos es un primer paso para generar confianza y avanzar en la resolución negociada de la guerra.

 Prisioneros huthies intercambiados bajan del avión en Sanaa. (Mohammed HUWAIS/AFP)
Prisioneros huthies intercambiados bajan del avión en Sanaa. (Mohammed HUWAIS/AFP)

El segundo día de la mayor operación de intercambio de prisioneros en el Yemen ha dado comienzo hoy viernes con el despegue de dos aviones a la vez desde Sanaa, capital del país, y Adén, segunda ciudad-puerto de Yemen y capital del sur, 24 horas después de que 700 prisioneros fueran trucados en un total de siete vuelos en el marco del acuerdo, pactado hace dos semanas.

Más de 350 prisioneros serán intercambiados hoy en dos tandas en esta operación supervisada por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Yemen, entre los rebeldes chiíes (zaidíes) hutíes del norte del país y el movimiento secesionista del Consejo de Transición del Sur (CTS), respaldado por Emiratos Árabes Unidos, uno de los países de la coalición suní liberada por Arabia Saudí.

El acuerdo de intercambio fue alcanzado el pasado 27 de septiembre, entre el Gobierno yemení en el exilio, reconocido internacionalmente y apoyado militarmente por esa coalición, y los rebeldes hutíes, que se hicieron en 2014 con el poder en Sanaa tras dar un golpe de Estado en medio de la apatía y la desilusión de la población y las tribus de los alrededores de la capital por el magro resultado de la abortada primavera árabe yemení de 2011.

En virtud de dicho acuerdo, ambas partes se comprometieron a intercambiar 1.081 prisioneros de guerra tras más de una semana de negociaciones auspiciadas por la ONU en Suiza, uno de los puntos claves pactados en Estocolmo en diciembre de 2018, cuando unos y otros se comprometieron a liberar a todos los prisioneros como medida para construir la confianza.

Según lo acordado, los hutíes liberarán en total a 400 prisioneros, mientras que el Gobierno reconocido y la coalición internacional liderada por Arabia Saudí harán los propio con 681 cautivos hutíes.

De esa cifra, 249 están en manos de Arabia Saudí, otros 230 en las de las fuerzas gubernamentales yemeníes y los 202 restantes en las del Consejo de Transición del Sur (CTS).

En uno de los vuelos de ayer fueron trasladados en una aeronave desde Sanaa a Ryad, capital de Arabia Saudí 15 prisioneros de nacionalidad saudí y otros cuatro sudaneses.

A comienzos de semana, los hutíes liberaron a dos estadounidenses secuestrados por el grupo chií y entregaron el cadáver de un tercero. Fueron trasladados a Omán, mientras que el mismo día la coalición árabe dio permiso para que regresaran de ese país más de 200 rebeldes hutíes heridos a Yemen.

Rayo de esperanza

Estos gestos e intercambios arrojan sin duda una luz para un final negociado de una guerra, la de Yemen, que ha provocado la mayor catástrofe humanitaria de la actualidad. No hay que olvidar que es el país más pobre del mundo árabe.

El enviado especial de Naciones Unidas para el Yemen, Martin Griffiths, dijo ayer al Consejo de Seguridad de la ONU que «la liberación de los más de 1.000 detenidos es un puente aéreo de esperanza para el Yemen».

Tras asegurar que esta «puede ser la mayor operación de este tipo en la historia de la liberación de prisioneros», anunció que «pronto» se reunirán las partes en conflicto para «discutir más liberaciones en línea con el compromiso asumido en Estocolmo», un pacto que prevé la liberación de unos 16.000 prisioneros de guerra de ambos bandos