Daniel GALVALIZI
MADRID

Vox pierde por paliza la moción de censura tras dos días de áspero debate

Tras mas de 17 horas de sesión repartidas en dos días, la extrema derecha ha sufrido el peor resultado de todas las mociones al lograr 298 votos en contra. Abascal y Casado se enzarzan con Iglesias y Sánchez.

Abascal, digiriendo el fiasco con un vaso de agua. (Pablo VELÁZQUEZ | AFP)
Abascal, digiriendo el fiasco con un vaso de agua. (Pablo VELÁZQUEZ | AFP)

El grupo parlamentario Vox se ha quedado solo con su moción de censura. Ni un solo voto sumado más allá de sus 52 escaños, ni una abstención siquiera. La votación ha acabado sin sorpresas y parece finalmente reforzar al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. El candidato a la investidura, Santiago Abascal, ha acababa siendo sólo aplaudido por su bancada escenificando un clima de triunfo inentendible.

De hecho, tras acabar la votación -en la que la única incógnita que mantenía la intriga era el voto de la exportavoz del PP, Cayetana Alvarez de Toledo, que pedía la abstención pero finalmente respetó la disciplina partidaria-, los parlamentarios de Vox han ido todos juntos al patio y con una ovación sostenida para la cúpula del grupo y especialmente Abascal. Con fresco y sin sol, el patio del palacio de Las Cortes ha acabado vaciándose pronto.

La mañana había comenzado con los cruces con eje en el feminismo entre el líder de Vox y las elegidas por Unidas Podemos para representar al grupo -la diputada de En Comú Podem, Aina Vidal, la diputada mallorquina Lucía Muñoz, y la asturiana Sofía Fernández Castañón-. Las tres han criticado el «odio» y la política «machista» de Abascal, que en su réplica las ha calfiicado de «floreros del machito alfa», haciendo referencia a que el vicepresidente Pablo Iglesias había elegido especialmente a tres mujeres para rebatir con Vox. Además, les ha dicho que «no representan» a las mujeres porque «gritan groserías por las calles, asaltan capillas e insultan y agreden a policías», en una crítica personalizada que se intuyó general.

El turno de Iglesias vendría a solicitud propia y después del anuncio del líder del PP, Pablo Casado, desmarcándose de Vox y anunciando su voto negativo. «Usted ha tenido un discurso brillante» le ha señalado el vicepresidente pero lamentando que ese desmarque haya llegado «demasiado tarde».

Leyendo resultados de encuestas y de lo que opinan los votantes, Iglesias ha opinado que Casado está atrapado en la «batalla ideológica que se da en el campo popular de la derecha» y que los líderes europeos no van a ayudar al PP ni a Ciudadanos a ser gobierno «porque fueron la puerta de entrada a la ultraderecha».

En un discurso moderado y de contenido más propio de profesor que de líder político, describiendo a su entender cómo quedaba el mapa político de la derecha, lo que ha molestado a la bancada del PP que no ha parado de murmurar y gritar cosas, Iglesias ha lamentado que Casado no haya puesto un freno antes al proyecto de José María Aznar. «Es por ese proyecto político del aznarismo que ustedes están perdidos», ha enfatizado.

El líder morado ha citado varias de las políticas del PP en los últimos años, como recurrir el Estatut, aplicar el 155, enfrentarse al matrimonio igualitario y la poda de derechos sociales y laborales en los gobiernos de Mariano Rajoy. «Y a pesar de todo eso, Vox les sigue llamando derechita cobarde. No tiene fin, es imposible en ese terreno de juego que les ganen la batalla ideológica. Por eso ustedes y la señora Arrimadas están perdidos», ha sentenciado.

En la réplica, que ha sido por alusión y no por corresponderle, Casado ha vuelto a escaparse de la moderación y tras una cascada larga y atiborrada de palabras justificando cuestiones ideológicas ha acabado diciendo que, si bien lo une a Iglesias una estima personal por cuestiones familiares, «siempre» va a estar en su contra e ideológicamente no lo une «nada».

«Pupila ultra en pupila azul»

En la réplica de Abascal, la única novedad ha sido mostrar sentido de humor; ironizando sobre la mano tendida del morado a Casado, ha dicho con sarcasmo: «Yo sé, Pablo, que tú no eres ultra, le decías clavando tu pupila ultra en su pupila azul».

La portavoz del PSOE, Adriana Lastra, ha agregado poco más a la trinchera ya gastada. Ha tildado de «circo de ruido, odio e ira» la moción de censura, y mirando a Vox, ha recalcado: «Lllamemos las cosas por su nombre, son ustedes un partido fascista». Ha dado la «enhorabuena» a Casado por su voto negativo pero añadiendo que «vaya teatrillo» se montó y le ha dicho lo que todo el bloque de izquierdas estaba pensando en ese momento: «¿Va a romper con Vox en Andalucía, Murcia y Madrid?».

El duelo final, cuando llegaba la hora décimo séptima de sesión, ha sido entre Sánchez y Abascal. El presidente del Gobierno se ha regocijado del resultado y hasta se ha permitido un vacile: «Usted no tiene ni la más remota idea de qué hacer con España. Creo que (la derrota) será hasta un alivio para usted mismo». El líder de la extrema derecha concluía luego que volverá «a las calles a pedir elecciones libres» para que los españoles puedan optar «entre la ruina y un gobierno de alternativa patriótica y social».

Tras la votación, que no ha tenido ninguna sorpresa, los miembros del PP se han marchado raudamente sin hacer más declaraciones y algunos ministros, en el patio del Congreso, se han quejado ante los periodistas por la «pérdida de tiempo» que ha significado una moción de censura olvidable.