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El eclipse solar parcial deja un buen sabor de boca como aperitivo del total de 2026

Aunque parcial, ya que la Luna solo tapaba un 7% del astro rey por estos lares, el eclipse solar ha dejado un buen sabor de boca entre los aficionados que se han acercado al Planetario de Iruñea para seguirlo en directo y como aperitivo del total que tendrá lugar en agosto de 2026.

El eclipse solar parcial, desde el Planetario de Iruñea. (Europa Press)
El eclipse solar parcial, desde el Planetario de Iruñea. (Europa Press)

Numerosas personas se han congregado en el Planetario de Iruñea para contemplar el eclipse parcial ocurrido este mediodía, entre las 11.04 y las 12.42, y que ha dejado un buen sabor boca como aperitivo del eclipse total que tendrá lugar en agosto de 2026.

La explanada del Planetario iruindarra ha sido el lugar en el que se han reunido numerosos aficionados y curiosos para contemplar el eclipse parcial de esta mañana.

Por estos lares, la Luna ha tapado tan solo un 7% de la superficie del astro rey, por lo que su observación era más complicada y se ha recurrido a proyecciones para observar el pequeño ‘mordisco’ que ha recibido por unos minutos el Sol. Mientras, los especialistas del Planetario explicaban el fenómeno y resolvían dudas de niños y mayores.

Aunque parcial, el eclipse ha provocado emoción entre los astrónomos. Como ha señalado Iñaki Ordóñez, del Planetario de Iruñea, «hoy es un día especial y la verdad es que nos ha hecho una meteorología muy buena para este tipo de observaciones».

Ordóñez considera que el fenómeno «sigue siendo igual de interesante» a pesar de sus dimensiones y ha resaltado que «es un aperitivo de lo que tendremos en agosto de 2026, con un eclipse total que sí que podremos observar».

El astrónomo ha comentado que, si bien ahora se dispone de modernos instrumentos para estudiar el Sol en cualquier momento del año, los eclipses no han dejado de despertar el interés de los científicos.

«Lo que podemos sacar de manera relevante de este tipo de eventos es la capacidad que tenemos para poder calcularlos y poder determinar con precisión, dependiendo de la posición del planeta, en qué momento se inicia y en qué momento acaba», ha explicado.

Se trata, ha apuntado, de «cálculos muy complejos que requieren de unas variables y unas determinaciones muy importantes y que aun y todo se han logrado resolver, antes con las matemáticas y el cálculo manual y ahora con ayuda de las computadoras».



Reloj solar municipal restaurado

Coincidiendo con el eclipse solar parcial, el Planetario irundarra ha mostrado el restaurado reloj solar del Ayuntamiento de Iruñea, que entre 1827 y 1991 indicó el paso del tiempo desde la fachada del Consistorio y que vuelve a estar en funcionamiento.

Durante un acto celebrado en el Planetario, se ha explicado cómo ha sido ese proceso. Adrián Claver Alba, estudiante de Ingeniería en Tecnologías Industriales de la UPNA, se planteó la restauración y puesta en marcha del mecanismo en su trabajo de fin de grado.

Suponía reiniciar un sistema de engranajes de hierro y latón que funcionaba por medio de contrapesos y en el que las ruedas dentadas y piñones se engranan con rodillos para mover la aguja.

Claver, junto a Jokin Aguinaga –profesor que dirigió su trabajo universitarios– y el apoyo de personas voluntarias del Aula de la experiencia de la UPNA, lo hicieron posible.


Tanto el público en general, como las visitas escolares tienen a partir de ahora la posibilidad de apreciar el sistema de funcionamiento de este ejemplar de los llamados ‘relojes monumentales de torre’ en el Planetario.

Este reloj, como todos los demás, sea cual sea su tamaño, es un instrumento de medición del tiempo humano, aunque nació conceptualmente vinculado al ciclo solar. En este caso, el reloj midió el tiempo de toda una ciudad durante 170 años y fue, durante décadas, el mecanismo que regía el inicio de los sanfermines.

El reloj solar se trasladó en el año 2016 al Planetario desde los locales municipales de Zapatería 40 donde se exhibía, a propuesta de Xabier Yeregui, especialista y miembro de toda una generación de relojeros. De hecho, el reloj municipal fue fabricado Juan Manuel Yeregui, de Betelu, un dato que, como era habitual en la época, figura grabado en la esfera.

No hay rastro documental que acredite, sin embargo, la fecha concreta de instalación de ese reloj en la fachada de la Casa Consistorial, aunque sí consta que, desde el siglo XVI, el Ayuntamiento ofrecía la hora a sus vecinos.

El reloj actual, colocado en los años 90, tiene una tecnología diferente. Es un ingenio mecánico-eléctrico. Una central electrónica genera impulsos eléctricos que son los que determinan el movimiento periódico de la manilla. La esfera, pintada, es algo posterior ya que data de 2011 y está fabricada en polimetacrilato.