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Un profesor de la Escuela de Ingenieros de Bilbo, premiado por un trabajo sobre Júpiter

Dos sociedades astronómicas del Estado francés han concedido Ricardo Hueso, doctor del Departamento de Física Aplicada de la Escuela de Ingeniería de Bilbo, el premio Gemini 2021 por un proyecto junto al astrónomo aficionado Marc Delcroix.

El profesor Ricardo Hueso, en una imagen de archivo. (www.ajax.ehu.es/rhueso)
El profesor Ricardo Hueso, en una imagen de archivo. (www.ajax.ehu.es/rhueso)

La Société Astronomique de France y la Société Française des Spécialistes d’Astronomie han concedido el premio Gemini 2021 a la colaboración entre astrónomos profesionales y amateurs a Ricardo Hueso, doctor del Departamento de Física Aplicada de la Escuela de Ingeniería de Bilbo, y a Marc Delcroix, astrónomo aficionado.

Hueso presentó un proyecto de detección y caracterización de impactos en Júpiter. En concreto, se trata de la búsqueda de flashes de luz producidos por el impacto de objetos de entre 5 y 20 metros de diámetro que entran en la atmósfera del planeta incinerándose como grandes bolas de fuego y emitiendo por un breve instante (1 segundo) suficiente luz para su observación astronómica desde la Tierra.

Dada la gran masa del planeta Júpiter (317 veces la masa terrestre) la velocidad de estos impactos supera los 60 km/s y la energía liberada es equivalente a la de explosiones nucleares.

El primero de estos flashes de luz fue descubierto en el año 2010 por un astrónomo amateur de Australia, y desde entonces se han descubierto un total de seis flashes de luz, cuya caracterización científica ha sido liderada desde el Grupo de Ciencias Planetarias de la UPV/EHU.

En el premio Gemini se recompensa la realización de un software de análisis denominado DeTeCt, que utilizan los astrónomos amateur para analizar sus observaciones en vídeo del planeta Júpiter.

Gracias a este software se han analizado más de 165.000 vídeos de Júpiter equivalentes a más de 4.080 horas de observación del planeta gracias a la colaboración de más de 100 observadores distribuidos por una veintena de países, permitiendo nuevas detecciones de estos raros eventos y una determinación del ritmo de impactos actual en el planeta Júpiter.