TERESA MOLERES
SORBURUA

Precioso y útil saúco

Las diversas variedades de saúcos, Sambucus, tienen hojas de todos los colores, desde el púrpura al amarillo, pasando por los verdes claros y oscuros, hasta los panachés. Sus flores forman corimbos grandes y olorosos. Dicen que algunos huelen a miel y limón, pero los que yo conozco, que crecen cerca de nuestros ríos, tienen un olor acre no tan agradable.

Es una planta común que se desarrolla sin ningún tipo ayuda, por lo que en algunos lugares se le considera una plaga o una mala hierba. Sin embargo, no le faltan cualidades de utilización, porque incluso algunas son comestibles. Los jardineros experimentados dirán del saúco que es «bueno y bonito».

Le gusta crecer cerca del hábitat humano, donde los suelos son ricos en azote, lo cual aprovecha para crecer rápidamente y sin mantenimiento. Prefieren los emplazamientos situados a la sombra o semisombra y se debe plantar en setiembre u octubre un ejemplar joven para que brote más rápido. Antes, es necesario desenredar las raíces para que estén en contacto directo con la tierra.

Variedades como el Sambucus purple, de hojas púrpura y flores blanco rosadas; el Sambucus marmorata, con hojas casi blancas y el Sambucus marginata, de hojas bordeadas de blanco, iluminarán cualquier rincón. Asimismo, destaca el espectacular follaje dorado del Sambucus aurea.

El saúco es útil en jardinería para cultivarlo como un árbol pequeño, reservando las ramas más fuertes y cortando las ramas laterales hasta darle forma. En un jardín reducido su porte luce bien en el espacio central. Es interesante biológicamente porque atrae fauna pequeña y además enriquece el suelo.

Entre nosotros es muy conocido el Sambucus nigra, que se reconoce fácilmente por sus frutos negros, comestibles una vez cocidos con manzanas y aromatizados con canela. Las flores se preparan empanadas para hacer galletas. Sin embargo, hay que tener cuidado con los racimos de frutos rojos del Sambucus racemosa, no comestibles. No los comen ni los pájaros, por lo que es mejor evitar su plantación donde hay niños.

Por su cualidad de acelerador de la descomposición, las ramas blandas y jóvenes del sauco también se emplean mezcladas con el compost jardinero.