XANDRA ROMERO
SALUD

Preguntas y respuestas sobre el huevo

Hace unas semanas se celebraba el día mundial del huevo. Verdaderamente no sé qué sentido tiene establecer en el calendario un día como este ni a quién corresponde semejante ocurrencia pero, sea como fuere, nos sirve para poder aclarar dudas históricas acerca de este alimento.

Así pues, pongámonos en antecedentes. Y es que, yo no sé a vosotros, pero a mí no me acaba de quedar clara la opinión social sobre el huevo: ¿amigo o enemigo de la salud?

Ciertamente, la sombra negra sobre este alimento comenzó alrededor de la década de los 70 cuando se empezaba a plantear su relación con las enfermedades cardiovasculares. En aquella época, la Asociación Americana del Corazón recomendó limitar su ingesta a un máximo de tres por semana. Una recomendación que, como digo, pertenece al siglo pasado y aun así caló tan hondo entre la población general y entre los profesionales sanitarios que es fácil encontrarla hoy en día en esas famosas “dietas del cajón” de algunos médicos.

Por lo tanto, lancemos la primera pregunta: ¿Es bueno o malo tomar huevos en relación a la salud cardiovascular? ¿Tiene mucho colesterol? Sí y no. Me explico: es cierto que aportan una cantidad significativa de colesterol, pero, al mismo tiempo, aportan también un bajo contenido en ácidos grasos saturados, y alto en poliinsaturados. Lo que se traduce en un beneficio sobre nuestra salud cardiovascular sin afectar los niveles de colesterol en sangre. Así lo determinó un estudio de metaanálisis (el tipo de estudios más objetivo y fiable) que concluyó que no había una relación evidente entre el consumo de un huevo al día y el aumento del riesgo cardiovascular. Todo esto siempre en relación a la población sana. Es importante hacer esta aclaración, ya que el mismo estudio encontró que, entre las personas diabéticas, los datos de este análisis sugerían una asociación positiva entre un mayor consumo de huevo y el riesgo de enfermedad coronaria.

Lo cierto es que, al final, el valor de la colesterolemia de una persona en concreto depende de muchos factores, como los factores genéticos, el peso corporal y otros hábitos de vida (en especial, los referentes a la actividad física y al tabaquismo).

Entonces, ¿cuántos huevos se pueden consumir al día o a la semana? A la luz de estos datos, es evidente que aquella recomendación clasista de no tomar más de 2-3 huevos por semana está completamente injustificada. Tanto es así, que la Fundación Española del Corazón no considera necesario restringir el consumo de huevos en la dieta de las personas sanas, por lo que se pueden consumir huevos incluso a diario.

¿Es este un alimento de calidad? El contenido comestible del huevo lo forman la clara y la yema. La clara contiene principalmente agua (88%) y proteínas, de las que la albúmina es la más importante. En la yema, el 50% es agua, y el resto se reparte equitativamente entre proteínas y ácidos grasos. Es, por tanto, un alimento de elevada calidad nutricional, sobre todo por la calidad de sus proteínas, así como por ser un alimento de gran digestibilidad. Y como ocurre con la mayoría de las cosas, no todos los huevos son iguales ni de igual calidad. ¿Cómo podemos reconocerlos? Primero, hay que saber qué significa la información que figura en el etiquetado:

La categoría: La A corresponde a los huevos de más calidad y que son destinados al consumo doméstico, y la categoría B corresponde a de menor calidad, que son destinados a la industria, para ser transformados en otros productos.

La clase: Según el peso, pueden ser supergrandes o XL (73 g), grandes o L (63-73 g), medianos o M (entre 53-63 g) y pequeños o S (53 g). La forma de cría de las gallinas se categoriza por un código numérico siendo el primer dígito: 0, huevos de producción ecológica; 1, huevos de gallinas camperas; 2, huevos de gallinas criadas en suelo; 3, huevos de gallinas criadas en jaula. Por lo que si compramos huevos del “0” o del “1” estaremos contribuyendo a mejores condiciones de vida de las gallinas. Las dos letras siguientes se refieren al país de la Unión Europea donde se han producido los huevos y el resto de dígitos atienden a la granja de producción.

Dicho esto, come huevos si te gustan, pues estarás eligiendo un alimento de calidad que no supone ningún riesgo para tu salud si está bien conservado y cocinado. Eso sí, elígelos de calidad, teniendo en cuenta su etiquetado.