TERESA MOLERES
SORBURUA

Flores de San José

En los ribazos que forma el Topo de Donostia a Hendaia ya han comenzado a salir las flores de San José o primaveras. Junto con las camelias de los árboles plantados en calles estrechas y abrigadas, nos anuncian la proximidad de la primavera y que pronto aparecerán las manchas amarillas de las mimosas en flor en los montes cercanos.

Las primaveras (Prímulas acaulis) son las flores comunes de color amarillo muy pálido. Las que compramos y plantamos pertenecen a las híbridas P. polyanthus, y más tarde llegarán las llamadas aurículas de colección (P. auricula), preciosas flores con mezclas atrevidas de todos los colores del arco iris, famosas por el atractivo que tienen para los coleccionistas.

Las mayor parte de las primaveras proceden de Europa y les gustan los suelos algo ácidos o neutros con exposiciones norte o noroeste; su floración comienza en febrero y termina en abril. En cambio, las aurículas prefieren un suelo alcalino y bien drenado y curiosamente suelen aparecer en la hierba de los cementerios, donde nadie las cuida. Las polyanthus estarán felices en un lugar con una sombra ligera, junto con eléboros, helechos y hiedras de hoja pequeña.

Algunas primaveras de flores dobles y las aurículas son perfumadas. Las plantadas en tierra en la estación del año del que toman su nombre hay que regarlas el verano del primer año, luego ya se arreglarán por su cuenta. Podemos cultivarlas en tiesto, en compañía de bulbos y de otras vivaces.

Cuando el cepellón aparece muy compacto, es necesario dividirlo. Para ello, primero, se corta una rodaja del cepellón de un centímetro aproximadamente; después, el cepellón se dividirá en dos. Es necesario peinar y ordenar las raíces con un tenedor y luego colocar las dos mitades en dos tiestos. A la tierra del tiesto hay que añadirle gravilla o un poco de vermiculita. No necesitan abono, aunque un acolchado de piedrecitas les vendrá bien.

En cuanto al riego, es conveniente esperar a que el sustrato esté seco. Luego se debe llenar con agua el plato de debajo del tiesto y dejar que la planta beba durante unas dos horas, evitando la humedad excesiva. No hay que olvidar suprimir las flores marchitas para prolongar la floración.

Por último, una propuesta: tomaremos una infusión de flores secas de prímulas con miel. Es de gusto delicado, muy calmante y predispone a un relajante sueño.