GOTZON URIBE
MUSICA

Mattiel

Mattiel Brown es la nueva estrella que relumbra desde Atlanta, una joven compositora humilde y optimista que durante su horario de oficina trabaja como diseñadora de anuncios e ilustradora en MailChimp, un puesto que ha estado ejerciendo los últimos cuatro años. Fuera de su horario laboral, Brown cambia el estudio de diseño por el escenario donde con un estilo personal y aroma vintage ofrece una visión muy personal del rock’n’roll mientras interpreta soul audaz y con carisma.

Brown creció en la zona rural de Brooks, en Georgia, siendo la única hija de un nativo de Detroit. Su madre adquirió una granja a principios de los 90 y a los 7 años ya comenzó a montar a caballo. «Teníamos un huerto y gallinas. Mi madre vendía lana y huevos. Ella ha sido una decoradora profesional que ha trabajado para el mundo del cine. Es una persona realmente motivada y creativa, de la que heredé mi ética de trabajo», asiente.

Cuando era adolescente, Mattiel Brown se aficionó a escuchar folk y pop de los 60 gracias a la colección de vinilos de su madre. Donovan, Peter Paul and Mary y Joan Baez eran sus referencias. Tras mudarse a Atlanta, fue desarrollando su personal estilo vocal y se aventuró a escribir canciones tras conocer a Randy Michael y Jonah Swilley, del colectivo InCrowd. En medio, encontramos sus influencias desde Screamin ‘Jay Hawkins, Andre 3000, Bob Dylan o Marc Bolan hasta la hermana Rosetta Tharpe y Jack White.

Los fundadores de InCrowd, ambos multiinstrumentistas, se conocieron en 2014 como músicos de sesión del soulman Curtis Harding. Michael, un músico experimentado que había coescrito piezas junto a Harding y colaborado con Bruno Mars y Swilley –productor, escritor e intérprete desde los 9 años y el hermano menor del bajista de Black Lips Jared– fue el encargado de tocar la batería. Su amor por el rock’n’roll más antiguo y el rap de los 90 les llevó a colaborar. Les encantan tanto los Beatles como Jay-Z, Dylan o los Artic Monkeys. De esta manera, InCrowd se encargaba de suministrar las composiciones instrumentales mientras Brown incorporaba su voz y sus letras tan personales.

“Whites Of Their Eyes” suena crudo y garagero. Con una producción despojada de asperezas, recuerda a los White Stripes en sus comienzos. “Send It On Over” es primitivo y seductor, con un órgano brumoso nadando en el fondo mientras Brown escupe sus contundentes líneas. “Salty Words” es un punto culminante, una dosis de cowboy blues al más puro estilo de Ennio Morricone, y “Baby Brother” remite al pop adolescente de los 60 junto con “Count Your Blessings”, que desprende el aroma a un folk-rock más clásico. Riffs de guitarras zumbando y un sonido vintage recorren todo el disco.

 

CD AIPAGARRIA

Leon Vynehall

“Nothing Is Still” • Ninja Tune, 2018 • Electrónica

La evolución de Leon Vynehall como productor ha sido notable. “Nothing Is Still” conserva la atmósfera sensual y los cálidos sintetizadores de su trabajo anterior pero se aleja de la nostalgia del house de Chicago a favor de un nuevo formato que fusiona jazz, sonido ambient y trip-hop. Muchos todavía pueden ver a Vynehall como un especialista en el house, un género que domina a la perfección, aunque este álbum tiene una riqueza y profundidad que trasciende la pista de baile. El disco está dedicado a sus abuelos, que emigraron desde el sureste de Inglaterra a la ciudad de Nueva York en la década de los 60. Su viaje de siete días en barco desde Southampton a Brooklyn y las historias que siguieron se dibujan con maestría en su nuevo trabajo.