MIKEL SOTO
gastroteka

Visita en Sevilla

Con la ayuda de una amiga sevillana con alma de organizadora de fiestas, me he decidido a hacer una guía sevillana de poteo y tapeo. Os la ofrezco con la mente, el corazón y el estómago puestos en los todavía cientos de familiares y amigos de las y los presos políticos vascos encarcelados en nuestra antípoda peninsular por cortesía del vengativo espíritu medieval del Estado español. Recuerdo que, hablando hace unos años con el editor chileno Paulo Slachevsky sobre la dispersión, resumió en un tono bajo y reflexivo la política penitenciaria española: «¡Qué inhumanidad!». A sabiendas del esfuerzo humano y económico que suponen las visitas, os propongo varios planes que espero que os hagan disfrutar de la antigua Hispalis y mantengan las sonrisas a ambos lados del locutorio.

Zona Catedral-Plaza Nueva-Salvador. Mi primera recomendación es el Barbiana (Albareda 11), que según los lugareños tiene las mejores tortitas de camarones del mundo, amén de un pescado de primera. Suele estar concurrido, pero merece la pena tomarse una aunque sea en la barra. La segunda y tercera sugerencia trata de ayudaros a dirimir una eterna disputa sevillana: ¿Cuáles son los mejores montaditos de pringá; los de Las Columnas (Mateos Gago, esq. Rodrigo Caro 1) o los de la Bodeguita Romero (Harinas 10)? A vuestro gusto, y recordad que en este último también es famoso su montadito Piripi. Depende del plan que tengáis, en cocina moderna-fusión triunfa La azotea (Zaragoza 5 y han abierto otro en Mateos Gago 8), pero por su calidad siempre está lleno, así que hay que ir temprano o reservar. Finalmente, dos recomendaciones baratas para comer; la primera, Patio San Eloy (San Eloy 9, aunque han abierto otros dos), pastel vegetal, montaditos, todo en abundancia. Segunda, Los Coloniales (Fernández y González 36), se come mucho y muy barato por lo que suele estar lleno.

Un par de sitios para beber. El primero, un clásico, el Peregil (Mateos Gago 20). Vino de naranja que, si como a mí os cuesta encontrar la medida ante el placer alcohólico, puede daros una dulce y cítrica curda. Imprescindible visitar el cuarto de baño y obligatorio no correr por los pasillos. Finalmente, una sugerencia por si os quedáis de copas: la terraza del Hotel Palacio Alcázar (Pza. de la Alianza 11), un pequeño establecimiento en Santa Cruz que casi nadie sabe que tiene una terraza en la planta de arriba.

Zona Alameda-Plaza Duque-Encarnación. Cambiamos de zona para ir a El Rinconcillo (Gerona 40), el bar más antiguo de Sevilla; casta rayando el parque temático pero con las mejores pavias de bacalao; una deliciosa tapa con un rebozado esponjoso por dentro y crujiente por fuera. Tras una dolorosa escisión que ha dejado al «sector macareno de la hostelería compungido» (“ABC Sevilla”, sic), el mítico El Tremendo (Almirante Apodaca 15) se mantiene y su excamarero ha abierto Casa Pepito (Previsión 8). Vamos a ponernos un poco folclóricos: Casa Ricardo, antigua Casa Ovidio (Hernán Cortés 2). Que no os asusten las fotos “capillitas”, según mi lazarilla, las mejores croquetas de Sevilla.

Como antes, os doy otra opción barata y abundante, un restaurante que les costó mucho bautizar: La Gorda te da de Comer (Faustino Alvarez 1, esq. Relator). Si podéis, debéis o queréis quedaros de copas, la recomendación más estrambótica y genial: el Garlochí (Boteros 26). No sé cómo definirlo, así que me quedo con el resumen de mi cicerone: «Indescriptible. Indispensable». Como dice la canción, «Sevilla tiene un color especial», y esperamos disfrutarlo cuanto antes con nuestros seres queridos como se disfruta visitando una hermosa y vibrante capital de un país vecino.

Bitartean, eutsi, bizi eta irri egin. Maite zaituztegu!