BERTA GARCIA
CONSUMO

Seguros a todo riesgo

El solo enunciado ya parece que nos da tranquilidad, pero con las compañías aseguradoras nunca se sabe. Hay que tener cuidado con la letra pequeña, que nada en la vida es lo que parece, y es así porque en el mundo de la oferta la publicidad es la que manda. Con tanta competencia, solo la letra pequeña es la realidad pura y dura.

La elección de una póliza de seguros de vehículos se suele hacer más con el corazón que con la cabeza, salvo que nuestra economía doméstica esté a verlas venir. Se opta por el seguro que todo lo cubre, ya que tratándose del coche pasa como con las teleseries de polis buenos: «tengan cuidado ahí afuera». Sin embargo, por muy alta que sea la prima, las compañías no lo cubren todo, y ejemplos hay, aunque eso sí, en la letra pequeña te sugieren que si en el momento del siniestro «había en el coche más pasajeros de los permitidos; que el vehículo no ha pasado la ITV preceptiva; o se te han retirado puntos del carnet» olvídate de la cobertura.

Otras curiosidades importantes que nos limitan son los tuneos al vehículo, es decir, el tuning no homologado tan de moda en estos tiempos que nos lleva a poner al coche ruedas mas grandes, u otros objetos. Pues si no se ha notificado cualquier cambio al seguro, este se llamará andanas, lo que se traduce por desatenderse del asunto. Lo mismo les responderá si se circula o se aparca en un muelle al borde del mar y le ocurre algo al automóvil o si se produce un robo con desperfectos incluidos, ya que en este caso se tendrá que comunicar con el Consorcio de Compensación de Seguros.

Por otra parte, están las cositas de sentido común, como asegurar el vehículo a nombre de otra persona si el conductor es menor de 25 años. Llegado el siniestro, y si este no figura en la póliza, pues agur muy buenas. O si se alega que se «ha producido el choque» entre familiares, tampoco colará. Vamos, que la compañía indagará con un sabueso experto en mil películas de detectives. Y ni que decir si se ha conducido con dos patxaranes de más, aquí ya demos por pérdida la cobertura. Corolario final: leer con atención la letra pequeña.