TERESA MOLERES
SORBURUA

Huerta infantil

A los niños les gusta jugar con la tierra y ver crecer sus flores, frutas y verduras. Se les puede habilitar un sitio adaptado a su edad y estatura que les permita experimentar como jardineros. Este mínimo huerto puede ser un cuadrado de 2x2 metros, suficiente para comenzar. Este cuadrado hay que cerrarlo con estacas o listones de madera; trenzados diversos de castaño, avellano, mimbre, dejando una puerta fácil de abrir. La altura del cercado será de unos 70 cm, cuidando de no dejar los extremos puntiagudos.

Para facilitarles el trabajo, es práctico formar un camino con unas jardineras elevadas de unos 50 cm a una distancia entre ellas de 70 cm y que ayudará a los niños a organizar mejor sus cultivos y ver crecer paso a paso su cosecha. Escoger variedades precoces en semilla o plántulas en contenedor para evitarles el trasplante.

A falta de huerto, será suficiente fabricar una cajonera elevada en el balcón o terraza. Los niños también necesitarán etiquetas para saber qué planta y en qué lugar se encuentra, y utensilios jardineros, como pala, rastrillo y regadera. Y un cuaderno para llevar el control de fechas de siembra y cosecha, problemas si los ha habido y otras incidencias.

A partir de 2-5 años, se puede comenzar plantando semillas de rabanitos en primavera. Los alargados, a una profundidad de 2 o 3 cm; los redondos, en superficie. Luego regarlos con regularidad y la cosecha llegará a las cuatro o seis semanas.

Las plántulas de lechugas diferentes son de fácil cultivo. Solo hay que sacarlas del contenedor, colocarlas en la cajonera, aplastar un poco alrededor y, sin olvidar regarlas, estarán listas para comer en poco tiempo.

Las vainas pequeñas o grandes salen en tiempo récord. Colocar tutores si son vainas largas. Unir las puntas de tres tutores para formar un tipi o tienda india, que gusta a todos los niños. Para que salgan antes, poner a remojo las semillas. Otras opciones son tomates mini y fresas en plantitas para trasplantar, y maíz en grano.

Un truco que a todos los pequeños les gusta consiste en vaciar un huevo quitándole un casquete, poner dentro tierra con semillas y mantenerlo en el interior hasta que aparezcan las plantitas. Luego, trasplantarlas con cuidado de no romper las raíces en el sitio escogido del huerto o en la terraza. Y a esperar la primera cosecha del año nuevo.