Iñaki LEKUONA
Periodista

Guerra y fiesta

Lo anunciaba el calendario en rojo: el 8 de mayo de 1945 se puso fin en Europa a un conflicto devastador. 70 años no han bastado para cicatrizar todas las heridas, pero lo que parecía más difícil, la reconciliación entre los pueblos francés y germano, parece conquistada. Y el viernes fue fiesta, que no una fiesta. Muchos menos en Alemania.

Hay, sin embargo, otros conflictos que, aunque de menor escala bélica y territorial, se han enconado entre nosotros, como una contienda intestina, endogámica, que ha dividido familias en una batalla que hasta ahora parecía irreconciliable. Parecía. Porque afortunadamente nada es para siempre, tampoco los males ni las penalidades. Y así, estas últimas semanas, en un ensayo histórico, Aviron Bayonnais y Biarritz Olympique redondean un acercamiento que podría llevarles a un único balón oval.

Como en cualquier disputa, los hay aún beligerantes. Pero si se pregunta en la calle, la mayoría quiere paz. Y después gloria, la del Top 14 y la de las competiciones europeas, si se da el caso. Incluso se habla ya de sustanciosas subvenciones públicas, esas que aquí se niegan al euskara y a los euskaltzales, que ayer marcaron en rojo su calendario, siempre combativos, no hay otra, patada y a correr, buscando su particular ensayo. Sin cuartel, sí, pero sin abandonar la fiesta.