El Panathinaikos será el equipo al que la Real se medirá mañana en Anoeta –20.00 horas–, un rival potente, dado que el cuadro heleno finalizó segundo la campaña pasada en el torneo liguero de su país. Será la penúltima prueba de los dirigidos por David Moyes antes de que comience la competición oficial.

Una oportunidad inmejorable ante su propia parroquia y enmarcada dentro de las fiestas de Aste Nagusia para que la escuadra guipuzcoana varíe el errático rumbo que lleva en esta fase de preparación en lo que al aspecto ofensivo y anotador se refiere. Bruma, una de las pocas novedades reseñables en estas semanas, no le dio mayor importancia a estos negativos resultados e insistió «en seguir trabajando muy duro para llegar bien al inicio de la Liga».

El extremo portugués se mostró optimista de cara al futuro inmediato del equipo, pues éste «se irá haciendo más fuerte», a medida que se vayan incorporando futbolistas que marcan la diferencia arriba, caso de Vela y Jonathas.

Cadamuro y Callens

Por otra parte, la Real llegó ayer a un acuerdo con Liassine Cadamuro para rescindir su contrato tras siete temporadas y el ex txuri urdin Callens firmó por una campaña con el Numancia.