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TOKIO

Reinician el primer reactor nuclear en Japón cuatro años después

Un primer reactor nuclear entró en funcionamiento de nuevo ayer en Japón, cuatro años después del accidente de Fukushima, que implicó el cierre de todas las centrales del país desde setiembre de 2013. «El reactor número 1 de la central de Sendai (1.000 kilómetros al sudoeste de Tokio) se reinició a las 10:30 horas», anunció una portavoz de la compañía Kyushu Electric Power. El de Sendai es el primer reactor que cumple las nuevas medidas de seguridad.

El reactor, de 31 años, debía alcanzar su capacidad operativa plena alrededor de las 23:00 horas de anoche y comenzar el próximo viernes a generar electricidad, que será explotada comercialmente a principios de setiembre, según informó la compañía. Kyushu Electric Power, propietaria de la planta, retiró ayer las barras de control que interrumpen el proceso de fisión del reactor 1.

Semanas después de que la electricidad generada en el reactor 1 comience a ser explotada comercialmente, en octubre, está prevista la reactivación de la unidad 2 de Sendai, otro de los cinco reactores que han cumplimentado los nuevos estándares de seguridad en Japón.

El primer ministro japonés, el pronuclear Shinzo Abe, declaró que desea el reinicio del reactor con la adopción de todas las medidas de seguridad, que, ahora sí, «deben ser la primera prioridad». El Gobierno conservador aboga por reactivar el sector nuclear por cuestiones económicas. Japón ha registrado desde 2011 grandes déficits comerciales, en parte por el aumento de la factura de los hidrocarburos importados para alimentar las centrales térmicas. El equipo de Abe sostiene que las empresas frenan su actividad y que el uso extensivo de las centrales térmicas impide adoptar objetivos ambiciosos con respecto a las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero.

«Es una etapa necesaria», dijo el ministro de Industria, Yoichi Miyazawa, citado por los medios. «Esto contribuirá a una alimentación estable», celebró por su parte el presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Japón, Akio Mimura.

Japón contaba con 54 reactores explotables antes de la destrucción de seis unidades de la central de Fukushima en 2011. De los 48 restantes, al menos 5 deben ser desmantelados.

Para llegar hasta aquí tras Fukushima, Japón ha tenido que disolver el antiguo cuerpo regulador que durante décadas apoyó descaradamente al lobby nuclear y quedó retratado en el accidente de 2011. Además, tuvo que establecer la nueva Autoridad de Regulación Nuclear (NRA), que depende de la cartera de Medio Ambiente y no de la de Industria.

Los detractores temen una erupción del volcán Sakurajima

El gasto millonario en materia de seguridad no es suficiente para una mayoría de japoneses (el 60%, según sondeos) que entienden que no volver a activar jamás un reactor es la mejor manera de no reeditar la tragedia. Además, un tribunal ha optado por bloquear el reinicio de los reactores 3 y 4 de la central de Takahama (oeste del país), dos de los cinco a los que la NRA ha dado luz verde, porque se desestima el daño que pueda provocar un terremoto en esta central. Ayer mismo, cientos de personas se dieron cita ante las instalaciones de Sendai pidiendo que se dé marcha atrás y recordando la falta de protocolos en caso de que entre en erupción el Sakurajima, un volcán activo situado a 50 kilómetros de distancia. La reactivación ha sido calificada de «error» por Naoto Kan, primer ministro en el momento del accidente de Fukushima. Tras la catástrofe, Kan se convirtió en uno de los principales opositores a la energía nuclear, al igual que predecesores suyos como Junichiro Koizumi (2001-2006), mentor de Abe. GARA