Ramón SOLA
DONOSTIA
CINCO AñOS DEL FIN DE LA LUCHA ARMADA DE ETA

El PNV sigue sin jugar un papel claro en el escenario post-Aiete

El doble cambio de legislatura emplaza al PNV a reevaluar su actuación en pacificación, oscilante y sin resultado. Urkullu pone más énfasis en Zuzen Bidea y augura que habrá ponencia.

Las valoraciones hechas estos días del quinto aniversario de Aiete y la decisión de ETA ponen sobre la actuación de los estados y la propia organización vasca. Sin embargo, hay más agentes con alta capacidad de incidir positivamente sobre el escenario a los que también interpela la efeméride, y especialmente el PNV. Más aún en el contexto del cambio de gobiernos que se va a producir casi simultáneamente en Gasteiz y Madrid: aunque los titulares sean los mismos –Iñigo Urkullu y Mariano Rajoy–, con la apertura de legislatura tocará barajar y dar cartas de nuevo.

El PNV asume en el programa electoral para el pasado 25S que si bien estos cinco años han deparado «un importante avance social en materia de normalización de la convivencia», es constatable «un persistente bloqueo en cuanto al final ordenado de la violencia». Apunta tres asignaturas pendientes: «El desarme y desaparición de ETA, el cambio de política penitenciaria y la autocrítica por las vulneraciones de derechos humanos».

Impulsar la pacificación era uno de los tres principales ejes de la legislatura anterior. En su discurso de investidura, en diciembre de 2012, Urkullu puso casi toda su confianza en la Ponencia de Paz y Convivencia del Parlamento de Gasteiz: «Estoy convencido de que, en este foro, sabremos avanzar en esta cuestión con los valores de la discreción y la lealtad», dijo. Por eso, su parálisis quedó como símbolo principal de la falta de resultados en este terreno, aunque no fue el único.

Así las cosas, el PNV sigue ante el reto de tener una función clara y productiva. En la práctica, no ha ido mucho más allá del modesto papel que tuvo en Aiete, donde al partido lo representó Urkullu. Participó en la Conferencia Internacional como presidente del EBB y puso algunos reparos al texto, aunque acabó declarando que «lo acepto en su contenido y en su orden, subrayo orden». Urkullu, como otros muchos, entendía entonces que «la aceptación sin matices del punto uno por parte de ETA abrirá el camino al resto de propuestas». Se equivocó.

Acciones erráticas

Con la llegada a Lehendakaritza en 2012, Urkullu y el PNV adquirieron una capacidad mucho mayor de incidir positivamente en el proceso. Pero su actuación ha estado marcada por vaivenes e incluso contradicciones.

La Ponencia fijada como prioridad por el propio Urkullu quedó bloqueada rápidamente primero por la negativa del PP a participar y luego por la espantada del PSE. La posibilidad de seguir avanzando junto a EH Bildu fue descartada por el PNV. Aunque en ocasiones los portavoces jelkides hayan disculpado la actitud del PSE, en la entrevista concedida a GARA el pasado 23 de setiembre el lehendakari admitía con claridad que «el PP puso un veto entre comillas y el PSE hizo un seguidismo, a mi entender de manera equivocada. Quizá entendiendo que todavía el tema de las víctimas daba algún rédito político y viendo que había procesos electorales como las municipales y otras. El PSE se equivocó».

En paralelo, el mandatario de Lakua no ha logrado receptividad alguna de Rajoy ante sus propuestas para flexibilizar la política penitenciaria; en noviembre de 2013 aseguró que el inquilino de la Moncloa ni cogía sus llamadas. Y, por el lado contrario, el PNV tampoco ha cerrado acuerdos con la izquierda abertzale sobre las consecuencias del conflicto; a mediados de 2015 parecían próximos pero finalmente el diálogo se perdió entre acusaciones mutuas sobre filtraciones y cuestiones léxicas. Muy poco después, la disposición de Arantza Quiroga (PP) a abrir una ponencia con EH Bildu mostró que las discrepancias semánticas no eran tantas, pero sin embargo Urkullu ha seguido explotando en campaña el argumento de que la coalición no dice que «matar estuvo mal».

En la cuestión del desarme, la acción del PNV también ha resultado errática. Urkullu acudió a la Audiencia Nacional a respaldar a los miembros de la Comisión Internacional de Verificación en febrero de 2014 (cuando fueron citados para interrogarles sobre el inicio del sellado e inventariado de armas), pero diez meses después dio un giro de 180 grados y pasó a cuestionarlos. Fue el 21 de diciembre, cuando Lakua presentó una propuesta propia de desarme minutos después de que los verificadores anunciaran que iban logrando avances con ETA.

Otro tanto ocurre en la cuestión penitenciaria, en la que Lakua parece ir constantemente tanteando el terreno. La iniciativa Hitzeman presentada por la Secretaría de Paz y Convivencia en parámetros similares a los de la «vía Nanclares» fue de alguna manera enmendada luego con la propuesta Zuzen Bidea, que sí interpela directamente al Estado español y fue valorada positivamente por EPPK. A la decisión del Colectivo (diciembre de 2013) de explorar las vías legales le han seguido nuevos tiras y afloja: el PNV dice apoyarla pero la pone constantemente en duda, y la Secretaría de Jonan Fernández remitió a las cárceles una especie de hoja de ruta que ha sido descalificada por distorsionar ese camino legal, presentándolo como más accesible y cómodo de lo que realmente es.

Compromisos reformulados

¿Cómo actuará el PNV ahora que la partida se reabre? De momento, Urkullu anticipó en GARA que cree que la ponencia parlamentaria se reactivará. Dando por seguro que el PP seguirá cerrado en banda (Alfonso Alonso, actual líder, fue quien forzó la dimisión de Quiroga por abrirle la puerta), queda la opción de que el PNV convenza al PSE para que entre o que decida avanzar sin ellos, para lo que ya no contaría solo con EH Bildu sino también con Elkarrekin Podemos.

Sobre el desarme, Lakua mantiene su propuesta de diciembre de 2014. Más novedosa es la disposición a «promover acuerdos dirigidos al desarrollo de Zuzen Bidea», donde hay 20 propuestas concretas «para recomponer un estado de normalidad penal y penitenciaria». Sabin Etxea sigue hablando con Sortu y lo ha hecho también con Sare. Por el extremo contrario, si la investidura estatal se desbloquea habrá que ver si el «nuevo Rajoy» coge ahora el teléfono al «nuevo Urkullu» y tiene algo que decir sobre cambios en política penitenciaria o la demanda de Lakua de transferencia de competenciones penitenciarias.

Lakua recopila en siete tomos los documentos del Plan de Paz y Convivencia

El secretario general de Paz y Convivencia de Lehendakaritza, Jonan Fernández, presentó ayer ante los medios una recopilación de todos los documentos generados en la pasada legislatura en el marco del Plan de Paz y Convivencia. En total son siete tomos, a los que se puede acceder también a través de la web Irekia del Gobierno de Lakua.

Fernández estuvo acompañado de la directora de Víctimas, Mónica Hernando, y de la del Instituto Gogora, Aintzane Ezenarro.

Entre los hitos de la legislatura, Jonan Fernández destacó la colaboración con la AVT y que en los tres actos de reconocimiento a distintas víctimas celebrados en Donostia participaran juntos los cuatro grandes grupos parlamentarios.

El Ejecutivo de Lakua insiste en que su propuesta para el desarme de ETA hecha pública el 21 de diciembre de 2015 «sigue siendo vigente y viable». I.I.