Ane URKIRI

Tres puntos para alejarse de las llamas del descenso

The winter is coming». Con esa previsión se presentaba el derbi vasco que acogía El Sadar, con dos equipos muy necesitados de puntos en la actualidad y que hace no mucho se enfrentaron en la categoría de plata. Ambiente invernal en Iruñea pero no dentro del estadio a causa de la pasión del derbi, con ambas escuadras muy concienciadas de su premisa. Pellegrino, desde la grada a consecuencia de los dos partidos de sanción, entendió que era hora de cambiar el sistema: salió con cuatro defensas y con Theo Hernández más adelantado, para que tuviese menos dependencia defensiva y más libertad para atacar. Pero en ese ataque faltó Deyverson, siempre con olfato para rematar cualquier balón. Christian Santos no defraudó, es más, fue el que más remates realizó –sobre todo en jugadas de estrategia–, además de marcar el gol de la victoria desde el punto del penalti. Volvió a aparecer la mejor versión de Pacheco en la portería, con una gran estirada para despejar la exquisita volea de Kenan Kodro. Pero ya sabemos lo que significa aqullo de “el portero ha sido uno de los más destacados del conjunto”; difícilmente trae buenas noticias. En esta ocasión, sin embargo, bien podemos decir que valió oro ese paradón del guardameta extremeño, en parte por el penalti provocado por Theo Hernández. Esa acción solitaria, la mejor de toda la segunda mitad, dio tres puntos de oro al Alavés que ve cómo escala posiciones en la clasificación. Y menos mal, porque en caso contrario, el Alavés continuaría sintiendo las llamas de los puestos de descenso. No convenció el juego de los de Pellegrino, no es el mismo Alavés que al inicio de la temporada. Puede ser que las dos últimas derrotas y el empate frente al Málaga hayan convertido en más vulnerable al Glorioso. Por eso era de vital importancia sumar los tres puntos en El Sadar, en un derbi apasionante.