Víctor ESQUIROL
JOHN WICK: PACTO DE SANGRE

Más fuerte, más violento, más doloroso... más invencible

Hace tres años, un tal Chad Stahelski, junto a otro tal David Leitch, firmaron el que se convertiría, inmediatamente, en uno de los mayores títulos de culto de aquella temporada... además de en una de las propuestas más atractivas que nos hubiera dado el cine de acción en los últimos años. Dicha película era “John Wick (Otro día para matar)”, y era tan buena... y se alejaba tanto de la regla general, que obviamente no llegó a nuestras salas. Su lanzamiento aquí, y después de muchas peticiones y protestas, se produjo en el mercado de DVD/Blu-ray. La cinta, por cierto, ahora mismo está descatalogada en ambos formatos... siendo el Video On Demand de las plataformas digitales la única manera –legal– de acceder al film en cuestión.

Una mancha más en el manchadísima historia de la distribución cinematográfica en el Estado español... Eso sí, una mancha que puede ser redimida. Y es que como no podía ser de otra manera, la película de marras tiene un secuela (antesala de un tercer y posiblemente último capítulo) que más que cumplir a rajatabla el manual de las buenas segundas partes, es como si lo reescribiera, convirtiéndose así en el modelo que deberían seguir, a partir de ahora, todas las continuaciones con las que la industria fílmica nos va a bombardear en los próximos tiempos.

El director Chad Stahelski, quien ahora actúa en solitario, se aplica la máxima del “más y mejor” y la eleva a la enésima potencia. Desde su impactante escena de apertura y hasta un rush final que puede marcar época, “John Wick: Pacto de sangre” luce músculo, pulso y estilo para elevar la acción (de disparos, de persecuciones, de artes marciales...) a la categoría de -brutal- arte. Para todo lo demás, un Keanu Reeves resucitado... y perfectamente fusionado con uno de esos papeles icónicos hecho a medida.