Isidro ESNAOLA

Y EN EUSKAL HERRIA SE DISPARAN LAS DIFERENCIAS SALARIALES

Un aumento de la distancia entre ricos y pobres se observa también en Euskal Herria, donde los salarios más bajos siguen cayendo y los más altos continúan creciendo. La última reforma laboral no ha hecho sino agudizar la desigualdad en el reparto de la riqueza.

Una evolución similar a la estadounidense se puede observar en todo el mundo, y también en Euskal Herria. Especialmente llamativo es el cambio durante los años de crisis. El informe “Salarios, pensiones, prestaciones de desempleo y rescates de previsión social en Gipuzkoa 2016”, que elabora Hacienda de Gipuzkoa con los datos sobre salarios aportados por las empresas, ofrece una radiografía de la evolución de los ingresos de los trabajadores que ilustra claramente la tendencia hacia la desigualdad.

El informe recoge datos de los salarios que reciben los trabajadores antes de pagar impuestos. Incluye todos los salarios excepto los de las empleadas domésticas puesto que sus empleadores no tienen obligación de dar esta información. Los datos estadísticos acumulan todos los pagos recibidos por una persona, es decir, que contabiliza todos los salarios de un trabajador independientemente de que los haya recibido de un solo contrato o de varios, de contratos a tiempo parcial o temporales.

A partir de ahí se ordenan de menor salario a mayor y dividen en 10 grupos: en el primero, D1, está el 10% que menos gana; en el D2 el siguiente 10% con menores ingresos y así hasta completar el décimo grupo, D10, donde se concentran los trabajadores con mayores salarios. Los datos así organizados permiten un análisis de la evolución de la desigualdad en la distribución del ingreso.

Pérdida de poder adquisitivo

En primer lugar, el informe constata que los sueldos han crecido un 17,1% mientras que la inflación ha llegado al 25,9% en Gipuzkoa. De este modo, los trabajadores han perdido casi nueve puntos de poder adquisitivo durante el periodo. Una merma que golpea especialmente a los salarios más bajos.

Como en el caso estadounidense, la brecha salarial en Gipuzkoa no ha hecho más que agrandarse. Desde 2005 hasta 2016, los seis primeros grupos con las rentas más bajas han perdido peso en el conjunto de salarios mientras que el 40% más rico conseguía acaparar más parte del pastel. Es más, el 10% que más gana ha aumentado un 5,2% su parte en el conjunto de salarios mientras que el 10% que menos gana ha perdido el 33,4 % entre 2005 y 2016.

Caen más los sueldos más bajos

No solo cae el peso de los grupos más bajos en el conjunto de los salarios, también cae la mediana, es decir, el valor del sueldo que queda en la mitad de cada grupo. Como se observa en el cuadro adjunto, durante la crisis, entre 2008 y 2016, la mediana ha caído en los cinco grupos con salarios más bajos. Esto significa que ha caído más los sueldos más pequeños de cada grupo. En cambio, ha crecido en los grupos con salarios más elevados, es decir, en estos grupos los que aumentan son los sueldos más altos.

La tabla confirma que cuanto mayor es el sueldo, mayor tendencia a aumentar tiene; y cuanto menor es, mayor es la propensión a disminuir. No solo no se reparten los frutos del crecimiento, sino que cada vez se distribuyen de una manera más desigual.

Huella de la reforma laboral

En cualquier caso, lo más llamativo es el tremendo salto que se produce en los sueldos más bajos entre 2014 y 2015, que es cuando la última reforma laboral empieza a producir efectos, sobre todo, en relación con la vigencia de los convenios colectivos. La pérdida de derechos laborales ha golpeado especialmente a los salarios más bajos, a los trabajadores con peores condiciones, a los más precarios. Una evidencia más de que el fin de la reforma laboral no era, ni mucho menos, crear más empleo, sino enriquecer a los más ricos.