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HRW exige a Myanmar parar la demolición de aldeas rohinyás

HRW exigió ayer al Gobierno de Myanmar que pare la demolición de los poblados abandonados por los rohinyás tras la huida a Bangladesh debido a la campaña de represión del Ejército. La cifra de huidos desde agosto de 2017 asciende a 700.000.

Nuevas imágenes satelitales obtenidas por Human Rights Watch (HRW) revelan que las fuerzas del Gobierno birmano han destruido con excavadoras decenas de aldeas rohinyás que quedaron abandonadas tras la huida de sus habitantes a Bangladesh. HRW ha reclamado al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, a la ONU y a sus agencias y a los donantes de Myanmar que exijan al Gobierno birmano que detenga «de inmediato» la «demolición» de las aldeas rohinyás que deberían ser tratadas como «escenarios de crímenes» y que deberían ser protegidas como tales hasta que la misión de investigación de la ONU pueda acceder para analizar lo sucedido.

La ONG ha denunciado que, desde finales de 2017, el Gobierno birmano ha destruido «al menos 55 aldeas», en las que ha acabado con todas las viviendas y con la vegetación «empleando maquinaria pesada. La mayoría de estas aldeas están entre las 362 aldeas completa o parcialmente destruida por ataques incendiarios» desde el 25 de agosto, cuando las fuerzas birmanas, en respuesta a una serie de ataques de milicianos, pusieron en marcha su «campaña de limpieza étnica contra los rohinyás».

Ha subrayado también que las imágenes tomadas por satélite ponen de manifiesto que dos aldeas que anteriormente no habían sufrido daños fueron «demolidas» y han quedado ahora «inhabitables».

El director para Asia de HRW, Brad Adams, destacó ayer que muchas de las aldeas destrozadas «fueron escenario de atrocidades contra los rohinyás» y deberían ser «protegidas» para que los expertos nombrados por la ONU para documentar los abusos puedan «evaluar adecuadamente las pruebas para identificar a los responsables». «Demoler estas zonas amenaza con borrar el recuerdo y las reclamaciones legales de los rohinyás que vivía allí», resaltó.

Las imágenes muestran que las demoliciones de aldeas de rohinyás con graves daños o con edificios destruidos en el estado de Rajine comenzaron en noviembre de 2017 en Maungdaw y que, posteriormente, se detuvieron durante «un mes aproximadamente». En enero de 2018 se retomaron las demoliciones en aldeas situadas al sur de Maungdaw y, desde allí, siguieron en dirección norte «rápidamente». A pesar del acuerdo entre los ejecutivos de Myanmar y de Bangladesh, HRW ha dejado claro que «ningún refugiado rohinyá» ha regresado a Myanmar y que continúa el flujo de miembros de esta etnia musulmana hacia el país vecino.