Al menos cinco militares murieron y diez resultaron heridos ayer en una emboscada con explosivos contra una caravana del Ejército colombiano en una zona rural de la ciudad de Cúcuta, fronteriza con Venezuela. El ataque fue perpetrado contra militares de la Fuerza de Tarea Vulcano que se desplazaban en camiones entre Cúcuta y la localidad de Tibú. Según el general Ricardo Gómez, unos desconocidos activaron «una carga explosiva muy grande sobre la vía» que impactó el primer camión.

Como resultado de esta acción «tenemos cinco soldados asesinados y diez heridos», agregó el general, que sostuvo como «la hipótesis más cercana» que fuera perpetrado por el frente Juan Fernando Porras Martínez del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que opera en la zona, donde también actúan otros grupos armados. «El Gobierno no puede tolerar actos de buena y mala voluntad al mismo tiempo. Este tipo de actuaciones ambiguas hacen acabar con la esperanza de los colombianos y nos dejan sin margen de maniobras para reanudar los diálogos», afirmó el ministro del Interior, Guillermo Rivera.

El ministro añadió que «la guerrilla «sigue siendo incoherente», ya que esta semana anunció un cese unilateral del fuego, del 9 y 13 de marzo, por las próximas elecciones, pero «horas más tarde ataca de manera inmisericorde». Rivera reiteró que «mientras el ELN siga siendo incoherente no habrá condiciones para dialogar. Por lo tanto, el balón de la paz está en manos del ELN».

Ayer la guerrilla difundió un vídeo grabado el pasado domingo en el que reitera su compromiso con el alto el fuego anunciado.