GARA
BILBO

El «modelo vasco» se enfrenta a la realidad de la destrucción de empleo

Los mensajes tan marcadamente positivos de representantes institucionales como Iñigo Urkullu contrastan cada vez más con el incesante goteo de planes de destrucción de empleo. Sin salir de Bizkaia, el grupo Tubos Reunidos y la nueva Siemens-Gamesa son claros ejemplos.

El Guggenheim acogió ayer la jornada “B20: Economía Digital e Industria 4.0”, en la que al lehendakari, Iñigo Urkullu, le correspondió presidir el acto inaugural. Este evento se incluye dentro de los preparativos de la cumbre del G20 que se celebrará en Argentina el próximo otoño. Concretamente, el B20 (Business 20) se caracteriza como «grupo de la sociedad civil vinculado al G20 que reúne a la comunidad internacional de negocios» y durante estos días celebra múltiples reuniones por todo el planeta. En el caso de Bilbo, le ha correspondido organizarlo a Tecnalia.

En este foro, Urkullu pidió a los miembros del B20 que valoren la posibilidad de trasladar el modelo industrial y socioeconómico vasco a las reflexiones de la cumbre argentina. Como recogió Europa Press, Urkullu explicó a los invitados que, precisamente, el lugar en el que se ubica el Museo Guggenheim era una zona industrial, portuaria y ferroviaria hasta la apertura de la pinacoteca en 1997.

«Hemos hecho un gran esfuerzo de transformación y modernización, manteniendo la actividad industrial y logística», destacó, para añadir que el modelo económico vasco se centra en apoyar la empresa «al servicio del bienestar social». Y afirmó que, por ello, todos los planes económicos que se impulsan se «diseñan, desarrollan y evalúan en colaboración con el tejido productivo».

«Los resultados obtenidos gracias a la reactivación económica tienen como destinatario al conjunto de la ciudadanía vasca. Este es el concepto de apoyo a la empresa al servicio del bienestar social», añadió.

Como otros pilares de ese modelo comentó la apuesta por la innovación y la digitalización de la economía, y la internacionalización.

Concentración

El mensaje extremadamente positivo de Urkullu contrastó con las protestas que le recibieron a las puertas del museo. Una de ellas fue la realizada por la plantilla de Productos Tubulares, afectada por un proceso de ajuste, que reclamó al lehendakari que medie con la empresa.

Los trabajadores informaron de que Urkullu les trasladó su apoyo y les dijo que hablará directamente con el presidente de la compañía «para tratar de llegar a buen puerto». Hacían referencia a Guillermo Ulacia, presidente Tubos Reunidos.

Los trabajadores iniciaron el jueves una huelga indefinida ante las medidas planteadas por la compañía, que incluyen un ERE de extinción de contratos. Actualmente, son 420 personas en plantilla y no se sabe cuántos serían despedidos.

Otra compañía que está a punto de destruir 226 empleos –la mayoría en Euskal Herria– es Siemens Gamesa. En sendas notas, LAB y ELA recordaron ayer esta situación. El primero hizo hincapié en que «Gamesa y Siemens no son dos empresas en crisis, sino dos gigantes en crecimiento».