Los rebeldes huthíes de Yemen (chiíes), lanzaron en la noche del domingo una salva de misiles que fueron interceptados por Arabia Saudí, coincidiendo con el tercer aniversario de la intervención militar en el país de una coalición dirigida por Ryad para restaurar el Gobierno del presidente Abd Rabbo Mansur Hadi.

Los siete misiles fueron interceptados por la defensa antiaérea, pero la caída de los restos dejó un muerto y dos heridos en la capital saudí.

Arabia Saudí responsabilizó a Irán por estos disparos de los rebeldes y amenazó a Teherán con una respuesta.

Los huthíes aprovecharon el aniversario para mostrar músculo militar, y para reunir ayer a cientos de miles de partidarios en el centro de la capital, Sana’a.

Cantos de guerra, poemas y discursos incendiarios contra Estados Unidos, judíos y cristianos se escucharon en el evento organizado bajo el lema de «resistencia a la agresión». El presidente del Gobierno rebelde, Salah al-Sammad, aseguró que la movilización es «un mensaje al mundo», después de que «tres años de agresiones y bloqueo no han logrado quebrar la voluntad del pueblo yemení».

El líder de los huthíes, Abdel Malik al-Huthi, advirtió de que «estamos dispuestos a más sacrificios porque nuestro pueblo se ha vuelto más apto para resistir a la agresión».

El conflicto ha dejado ya cerca de 10.000 muertos y 53.000 heridos, incluyendo numerosos civiles, y provocado una importante catástrofe humanitaria. Amnistía Internacional acusa a países occidentales de suministrar armas a Ryad y a sus aliados, por lo que podrían ser culpables de «potenciales crímenes de guerra» por los bombardeos aéreos contra civiles.