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Familiares alertan sobre el deterioro de la salud de cuatro presos saharauis en huelga de hambre

La salud de los cuatro presos saharauis en huelga de hambre en una cárcel marroquí de Kenitra se ha deteriorado de forma alarmante después de 25 días de protesta, informaron ayer sus familias en un comunicado.

Abdalahi Lekhfuani, Bachir Boutanguiza, Abdalahi Abahah, Mohamed Burial, conocidos como «grupo de Gdeim Izik», sufren, además, el acoso de los reclusos marroquíes para que ingieran alimentos y acaben así con su protesta, denunciaron.

«Los presos exigen un nuevo juicio y el traslado al Sahara Occidental de conformidad con el derecho internacional humanitario. Y aliviar así también el sufrimiento de sus familias, obligadas a recorrer grandes distancias para poder verlos», dijeron.

Una situación similar padece el periodista saharaui Salah Lebsir, detenido el 6 de junio 2015 a su regreso de los campos de refugiados saharauis en Argelia y preso en la Tata, en el sureste de Marruecos, que lleva 22 días en huelga de hambre por las mismas causas. «La dirección de la prisión no ha querido escuchar sus demandas y no hace nada ante el deterioro de su estado de salud», denunció su familia.

El Comité Nacional Saharaui de Derechos Humanos urgió a la ONU, la UA, la UE y organismos internacionales para que presionen a Marruecos por el trato a los presos políticos saharauis.

En una entrevista publicada en Efe ayer la activista saharaui Aminatou Haidar advirtió del progresivo deterioro de las condiciones humanas en El Aaiún desde que Marruecos cerrara el paso a la Misión de la ONU para el Referéndum del Sahara (Minurso) y puso la situación de Gdeim Izik como ejemplo.

Además, denunció que las primeras investigaciones sobre fosas comunes halladas en el Sahara revelan que Marruecos ejecutó e incluso enterró aún vivos a decenas de saharauis presos en cárceles de Smara.

Advertencia de Rabat a la ONU

Por su parte, el Gobierno marroquí advirtió ayer de que recurrirá «a todos los medios» para desalojar al Frente Polisario del extremo este de los territorios liberados del Sahara Occidental, considerados «zona tapón» por Rabat, si la ONU no actúa «y asume sus responsabilidades».

El ministro de Exteriores, Naser Burita denunció «la permisividad y ligereza» de la ONU por lo que consideró incursiones del Polisario en el extremo sur del Sahara Occidental, en Guergarat (fronteriza con Mauritania), y en el extremo este del territorio, en Tifariti y Bir Lahlu.