Gorka CASTILLO
Madrid
Entrevista
GABRIEL RUFIÁN
DIPUTADO DE ERC EN MADRID

«La maquinaria del fango está más bestia que nunca»

Esparcidas las cenizas de su enésimo enfrentamiento con el PP, el diputado de Esquerra Republicana Gabriel Rufián (Santa Coloma de Gramanet, 1982) vuelve a demostrar hasta qué punto la política española cabalga por el filo del desfiladero.

Sumergido hasta las cejas en la batalla que hoy se libra en Madrid, Gabriel Rufián no tiene pelos en la lengua a la hora de hablar de la situación actual. Y lo hace con afilada crítica y un humor que, según quién sea el destinatario, puede resultar devastador. El entrevistado reconoce que es presa fácil para una derecha parlamentaria que niega el pan y la sal no sólo a los catalanes, sino a todo aquel que muestre falta de consideración por algunos de usos y sus vicios.

Algunos implicados en tramas de corrupción que han pasado por el Congreso han revertido su papel. Ocurrió con Francisco Granados cuando le interpeló Oskar Matute, y Esperanza Aguirre lo ha repetido con usted. ¿Se sienten inmunes?

Son profesionales de todo eso. Hacen lo que hacen y dicen lo que dicen porque luego en un plató de televisión o en un editorial se lo van a blanquear. Cuando Aguirre llama terroristas a la gente de los CDR es porque algún medio de comunicación se lo compra. El drama es ese. Suelo decir medio en broma, aunque vaya muy en serio, que si, por ejemplo, esos diarios comenzaran a hablar bien de mí es que estaría traicionando a alguien. La maquinaria del fango está más bestia que nunca.

¿Considera Esperanza Aguirre una «gánster»?

A gente como ella y a Ignacio González, que han provocado tanto dolor, es casi una obligación decirles esas cosas a la cara. Es lo que les diría cualquier ciudadano de la calle. Y si no provocara tensión en la sala sería señal de que no estaría haciendo bien mi trabajo. Recuerdo que en el transcurso de la «Operación Catalunya» me preguntaron cuál era el objetivo de los interrogatorios a Daniel de Alfonso y a Jorge Fernández Díaz y puse como ejemplo la última escena de la película “Algunos hombres buenos”, en la que Jack Nicholson explota. Pues ese es el objetivo. Hacerles pasar un mal rato para que se retrate su clasismo. A Cospedal le pregunté por los 63.000 euros que se gastó en armamento militar en Letonia y su respuesta fue «no me insulte señor Rufián».

La Fiscalía ha decidido imputar por «terrorismo y rebelión» a los CDR. ¿Cuál es el objetivo?

En Euskal Herria lo sabéis bien. En cierto modo, Catalunya sólo ha prolongado la lucha por los derechos civiles que, en muchos casos, son anteriores a nuestros procesos de autodeterminación. Lo único que estamos haciendo ahora es arrancarle la máscara al Estado y poco más. Y lo que estamos viendo es que los aparatos del poder tienen dos mantras perfectamente definidos. Por un lado, demostrar que el proceso de autodeterminación catalán es violento. Es decir, es ETA. Y, por el otro, acabar con TV3 por el simple motivo de que no la controlan y no pueden colocar a su gente.

¿Cuál es su sintonía con Podemos?

Además de esta deriva vengativa del Estado, una de las grandes decepciones está siendo la respuesta de Podemos. Y lo digo porque, siendo una fuerza política afín, sus dirigentes simplifican la solución a un simple cambio de siglas en el poder del Estado. Olvidan que detrás del PP están también el PSOE, Ciudadanos, el Tribunal Constitucional, la Fiscalía y la caverna. Olvidan que Rajoy, Sánchez y Rivera ganan las elecciones metiendo en la cárcel a Oriol Junqueras. Ese es el conflicto más importante que tenemos con Podemos porque su respuesta es el silencio o la fraternidad.

¿Perciben una falta de comprensión de la izquierda española respecto a lo que está en juego en Catalunya?

Hubo un momento que intentamos convencerles de que la única amenaza real al régimen del 78 era Catalunya y les pedimos reciprocidad. El momento cumbre fue cuando votamos de manera gratuita la moción de censura que presentaron contra Rajoy. Y fuimos los únicos, junto con EH Bildu, que lo votamos a sabiendas de que era una opción perdedora. Pero lo hicimos por una cuestión de decencia y dignidad. Lo único que les pedimos fue correspondencia en la moción de censura real a esta gente que era el proceso de autodeterminación en Catalunya. Y nos dijeron que no.

Pero nuestra verdadera fricción con Podemos es cuando nos critican que pactamos con la derecha catalana, con Convergencia, un proceso de autodeterminación. ¿Acaso no podemos hacerlo cuando ellos pactan con el PSOE un proceso de reforma de la monarquía española? Esta pregunta les provoca un cortocircuito.

La conclusión es que Catalunya no les va bien. Y no sólo a nivel electoral sino de comprensión. La música de Iglesias, de Garzón o Monedero suena bien hasta que hablan de Catalunya. Entonces, delatan una miopía total. Pero lo más perverso es cuando ese discurso lo realizan sus líderes catalanes porque saben perfectamente lo que hay. Hace tiempo que no esperamos mucho de sus dirigentes. Preferimos al votante progresista y con memoria republicana de Podemos que a sus líderes.

Pese al descrédito que se ha ganado la clase política, enfangada en escándalos de todo tipo, la derecha sigue imponiendo los temas del debate en el Estado español. ¿Es posible cambiar esa dinámica?

Vivimos en un Estado vengativo que ha impuesto una regresión democrática absoluta que hace ganar elecciones. El ejemplo es Ciudadanos. Si hoy encabeza todas las encuestas es porque se trata del partido más hooligan de los últimos 40 años. Ciudadanos es un frankenstein político colosal. Sin embargo, es importante destacar que la justicia belga, suiza, alemana y británica nos acaban de mostrar la diferencia que hay entre las democracias plenas, con sus sistemas económicos criticables, y otra como la española, que presenta enormes carencias. En un futuro costará mucho explicar que haya cinco países investigando los mismos hechos y solamente uno, España, contemple que se ha cometido delito. Terminaremos viendo a gente que ahora está envalentonada sentada en tribunales internacionales. Hace unos días, PP y PSOE votaron contra una sentencia del Tribunal de Estrasburgo que absolvía a dos chavales que habían quemado una foto del rey.

Pero la derecha española ha logrado apuntalar su arquitectura política con Ciudadanos.

Ciudadanos no deja de ser un producto anti-PP creado por Aznar y FAES cuando pierden el control del partido. Y lo que ha surgido es algo peor. Ficharon a un chico que trabajaba en La Caixa y lo barnizaron vistiéndole con trajes caros. Creo que acabará gobernando en coalición con PP o PSOE y entonces sí que la regresión democrática será brutal. En Catalunya les conocemos perfectamente. Son los mismos que salieron por patas del Parlament para no condenar el franquismo y se aliaron con Libertas, partido racista y xenófobo, en las europeas de 2009.

¿No subestiman la capacidad del Estado para renovarse?

Sí, a veces cometemos el error de pensar que esa gente es salvaje o está loca y que tiran para adelante porque les da todo igual. Pero cuidado: Albert Rivera funciona a base de encuestas. Lo primero que hace después de una rueda de prensa en la que llama delincuentes y corruptos a cargos electos catalanes es mirar que sigue siendo el político más valorado en el Estado español. Por eso ganarle las elecciones de diciembre fue para nosotros un motivo de satisfacción. Sobre todo porque se trata de un partido absolutamente dopado a nivel mediático. Lo extraño fue que no ganara. Y el partido hegemónico, el PP, tiene cuatro diputados. Estos resultados reflejan que estamos ante dos realidades, la española y la catalana, totalmente diferentes.

¿Qué papel está jugando el PNV en este conflicto?

Al final está desempeñando el papel de Convergencia de hace 15 años. La única diferencia es que tiene un poder aún mayor al que entonces tenía CiU. A muchos de nosotros no nos sorprende su actitud. Es un partido autonomista y de derechas por lo que me parece lógico que quiera aprobar unos presupuestos autonomistas y de derechas con el PP. Sin embargo, si continúa por este camino llegará el momento en el que tendrá un problema, el mismo que tuvo Convergencia, y entonces tendrá que decidir qué quiere ser.

¿Quién manda en el Estado español?

Partiendo de la base de que Florentino Pérez manda más que Rajoy, no conocemos sus nombres. Hay una subordinación del poder político al económico. El problema es que a esa gente no le vota nadie. Se lo decía medio en broma a Esperanza Aguirre. Estamos ante una confrontación entre los CDR y los Comités de Defensa del Ibex 35 conformado por ella y los suyos.

 

«Esta partida se juega en la justicia internacional»

¿Qué repercusiones puede tener la resolución de la Audiencia de Schleswig-Holstein sobre Puigdemont en la situación del resto de presos políticos?

Muy poca o casi nada. No tiene ningún sentido que los nueve presos políticos de Estremera, Soto del Real y Alcalá Meco sigan en la cárcel. Quiero recordar que incluso han tomado decisiones inauditas como la de Llarena cuando frenó una petición de la propia Fiscalía para dejar en libertad a Joaquim Forn. Somos muy pesimistas respecto a los tribunales españoles porque esta partida se juega desde hace tiempo en la justicia internacional.

¿Cuál es la situación de los exiliados?

Muy dura. He estado en Bruselas, donde están dos amigos y compañeros como Toni Comín y Meritxell Serret, y es también otra cárcel. Obviamente, no se puede comparar con la dureza de Estremera, donde Oriol Junqueras lleva cinco meses sin poder tocar a sus hijos. Me consta que la familia de Marta Rovira lo está pasando muy mal. En fin. Todo es tremendo, muy estresante y complicado, que acarrea grandes sacrificios personales.G. CASTILLO