Mikel CHAMIZO
DONOSTIA

Obras de Lazkano, Britten y Mendelssohn en el nuevo programa de abono de la OSE

La Orquesta Sinfónica de Euskadi encara esta semana un nuevo programa de abono con el regreso de un director ya conocido por el público, Lawrence Foster, y el debut de la violinista holandesa Simone Lamsma. 

La Orquesta Sinfónica de Euskadi ofrecerá esta tarde en Donostia la primera actuación de su nueva gira de conciertos de abono, que tras su paso por el Kursaal la llevará mañana al Baluarte de Iruñea, el jueves al Principal de Gasteiz y el viernes, de nuevo, al auditorio donostiarra. En programa, la última obra orquestal de Ramon Lazkano, “Hondar”, que vio la luz en 2016 en Montecarlo y que se estrena ahora en el Estado español. La creación, de unos 20 minutos de duración, pone a prueba a los músicos de la orquesta, que deben ejecutar todo tipo de técnicas no convencionales para obtener una gran diversidad de sonoridades extrañas e inéditas, con las que Lazkano persigue “la revelación efímera de lo desconocido”. Lazkano, ganador de la última edición de los Premios Musika Bulegoa, lleva varios días preparando junto a la orquesta vasca estas interpretaciones de “Hondar”, que se erigen en una de las citas más esperadas del 2018 en el terreno de las músicas contemporáneas.

Además de Lazkano, la OSE llevará en los atriles nuevamente una pieza de Britten, uno de los autores que vertebran la programación de esta temporada. Esta vez será el “Concierto para violín”, obra brillante y virtuosa que contará con una solista especialista en la partitura: la violinista holandesa Simone Lamsma, que dio su salto a la fama, precisamente, por su interpretación de este concierto en 2014 en Cleveland.

Mendelssohn

La velada llegará a su fin con una de las sinfonías más populares de todo el repertorio, la “Italiana” de Felix Mendelssohn. Compuesta a principios de la década de 1830, recoge las impresiones que el joven compositor recogió durante su viaje de casi un año al país transalpino. Alegre y colorista, la “Italiana” será dirigida –como el resto del programa– por Lawrence Foster, director estadounidense que durante diez años estuvo al frente de la prestigiosa Orquesta Gulbenkian de Lisboa y que, en la actualidad, es director musical de la Ópera de Marsella.