Maite UBIRIA BEAUMONT
BAIONA

La Mancomunidad Vasca se dota de unas cuentas pendientes de ajustes

233 electos estaban convocados a un consejo comunitario particularmente largo e intenso. No en vano en el orden del día figuraba la aprobación del primer presupuesto de la entidad institucional de Ipar Euskal Herria que, a la espera de ajustes, se fija en 602 millones.

El año pasado, la Mancomunidad Vasca no tuvo cuentas propias, procediendo a la suma de los presupuestos de las diez mancomunidades de cuya fusión surgió la primera entidad pública de Ipar Euskal Herria.

De ahí la transcendencia de la sesión celebrada el sábado en Baiona, en cuyo orden del día figuraba la aprobación del primer presupuesto de la institución. Ello, en un ambiente de preocupación por la disminución de las dotaciones a las entidades locales que, aunque ligada a la política de recorte de déficit de París, genera tensiones en el seno de la joven entidad institucional. La vocación de avanzar se impuso y las cuentas salieron adelante con 170 votos a favor, 10 en contra y 25 abstenciones.

En el curso de la reunión fueron, no obstante, muchas las quejas trasladadas por los electos, ya sobre la salud financiera de la entidad ya sobre la falta de mecanismos de compensación para que las localidades con menos habitantes puedan equilibrar la bajada de aportaciones de instancias estatales.

Jean-René Etchegaray defendió un proyecto de presupuesto, a su juicio equilibrado, y pidió tiempo a los electos, particularmente a los navarros y suletinos, cara a poner «blanco sobre negro» los motivos de la pérdida de facultad presupuestaria que acusan y que, si bien se ha dejado sentir a partir de su entrada en la Mancomunidad, parece más bien derivarse de las restricciones a las entidades locales con las que el gobierno de Emmanuel Macron trata de hacer retroceder la deuda pública.

Cabe recordar que el Gobierno francés ha fijado un objetivo a escala hexagonal que pasa por limitar el aumento de los gastos reales de funcionamiento de las instituciones con un presupuesto superior a 60 millones a un 1,2% anual, lo que impacta directamente en la primera institución de Iparralde.

Números generales

El presupuesto global de la Mancomunidad Vasca –cuentas principales y presupuestos primitivos incluidos– para este ejercicio se eleva a 602 millones de euros, de los cuales, según detalló su presidente, 159 millones se destinarán a los gastos de equipamiento e inversiones y 55 serán revertidos a modo de compensación a las comunas. La capacidad de autofinanciación de la institución se cifra en 35 millones de euros y su ratio de endeudamiento en 10,6 años.

Etchegaray reconoció que las cuentas «deberán de ser ajustadas» tras el contraste con organismos del Estado. Aun con todo, estimó que el proyecto presupuestario expresa «el carácter estratégico y la vocación de servicio» de la Mancomunidad. Remarcó así, frente a los recelos de electos –algunos de su propio equipo–, como el alcalde de Bidarte, Emmanuel Alzuri, el teniente de alcalde de Biarritz, Guy Lafite, o el electo socialista de Baiona Mathieu Bergé, que este año «no subirán los impuestos», si bien la tasa a la movilidad sigue planeando sobre un 6% de las empresas.

Etchegaray también puso en valor lo actuado por la mancomunidad «en beneficio de sus habitantes», citando las inversiones dirigidas al centro de formación de Angelu (24 millones), las zonas de actividad industrial (21 millones), la red de saneamiento del agua (16 millones de euros) y el transporte (9 millones).